Mike Tyson tiene algo así como un fetiche por las palomas. Le apasionan desde chico, cuando -según él mismo ha contado- era gordito, sufría bullying y se refugiaba en la compañía de estas aves.
Por: Clarín
De hecho, ha contado que por una de ellas fue que lanzó su primer puñetazo, cuando a los 10 años vio cómo otro chico le arrancaba la cabeza a una palomita. Sus anécdotas sobre estos animales, sin embargo, son inacabables. Alguna vez, por ejemplo, dejó a una novia por una de ellas.
Resulta que la señorita hizo una propuesta “indecente” para los estándares de Iron Mike: quería que se comieran a una paloma doméstica como las que Tyson criaba en su casa de Phoenix.
Al expúgil le preguntaron en una entrevista radial si alguna vez había saboreado a una de sus palomas, y ahí fue que contó el curioso episodio.
“Salía con una chica y ella me dijo ‘no sé por qué sacás a volar a esos malditos pájaros: deberías comértelos’. Y terminó agarrando una, la cocinó y se la comió. Yo no pude hacerlo”, confesó.
Luego detalló que la mujer la hizo hervida y que él, pese a su amor por esos animalitos, no se animó a impedirlo “porque estábamos en su casa y vivíamos de su dinero”.
Pero “no era lo correcto -sostuvo-. Así que por eso dejó de ser mi pareja”.