Su nombre es Jorge Torrealba pero le dicen “El Niño”. Es un ilustrador autodidacta que emigró a Estados Unidos desde muy joven y tiempo después, se transformó en un artista de interés público gracias a su iniciativa creativa de “Descuentos para feos”. Cientos de personas en el mundo siguen y admiran su trabajo. Además de ganar dos Emmy por el documental “Hay que intentarlo”, también se hizo viral por retratar las crisis migratoria que acecha a Venezuela en los zapatos de un jugador de la NBA.
Hace poco, figuró como el mejor caricaturista en 3D a través de la convención internacional ISCA. Con sonrisa afable, ojos chispeantes y una melena rizada, deja ver algunas de sus obras más ocurrentes y nos cuenta su experiencia sobre los recientes reconocimientos. Llegar al estrellato supuso inimaginables desafíos. Sin embargo, con papel y lápiz trazó un sueño donde le puso color a la caricatura más inspiradora: Su vida.
Por: Elizabeth Gutiérrez y Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com
Torrealba, originario del estado Falcón, se sentía atraído por los dibujos desde temprana edad. A pesar de que no lo veía como una profesión, siempre fue su pasatiempo predilecto. “Me encantaba, me apasionaba”, recordó y a su vez expresó que sus padres lo instruyeron para que concretara sus estudios, aunque no resultó. “Lo intenté, estudié cuatro carreras, pero no seguí porque no era lo que me gustaba”.
Tuvo varios empleos para obtener ingresos, pero dejó claro que detestaba cumplir horarios y estar bajo el mando de un jefe. “Así que pensé: ‘¿Qué puedo hacer que me de dinero, que me guste y que no sufra tanto para trabajar?‘. Entonces dije: ‘Lo único que sé hacer es dibujar’, y fue cuando empecé por casualidad en un centro comercial en Punto Fijo”.
Se dio a conocer en Facebook. Sus amigos y familiares fueron los primeros personajes que ilustró. Luego, descubrió que era ágil y se aventuró con las pinturas en vivo. En aquel momento, nació la idea de “Descuentos para feos” , concepto que más adelante lo ayudó a posicionarse en Estados Unidos.
“Cuando pintaba a alguien, me decían: ‘¡No!, me pintaste feo’, es decir, se parecían pero quedaban feos. Por eso, inventé esto del descuento para feos y era cool. Tenía mi hashtag que todavía uso. La gente sabía que era algo cómico y que no tenía que quedar perfecto porque no era un retrato. Esto me obligaba a ser más creativo para que pudiese hacer los dibujos como quisiera. La gente invitaba a más personas y comentaban: ‘¡Hey! tienes que hacerte una caricatura con este chamo que hace descuentos para feos’”.
Llegó para quedarse
Hace seis años el joven venezolano asistió a la International Society of Caricature Artists (ISCA), la primera convención internacional de caricaturistas en el país norteamericano en la que siempre soñó participar. “La veía todos los años en internet porque no tenía las posibilidades de ir. Pensaba que nunca podría hacerlo. Pude asistir y competir. Fue chévere, conocí mucha gente, me pareció espectacular”, resaltó.
Jorge descubrió que en Estados Unidos tenía la oportunidad de hacer lo que más le gustaba sin límites. Al año siguiente, regresó a concursar, decidió quedarse y nunca más dio tregua en su oficio. “Venezuela estaba peor que nunca. Lo mejor que podía hacer era quedarme, y no solamente porque tenía un talento que podía seguir creciendo, sino también porque quería ser caricaturista político, y era imposible. Imagínate que tu sueño sea tener miles de trabajos, pero no puedas hacerlo porque no tienes esa libertad de expresión”, manifestó.
Todo los comienzos son difíciles y Torrealba lo confirmó. Arrancó en Miami con caricaturas en diversos restaurantes. Se paseaba mesa por mesa para captar clientes. Y aunque estaba en una ciudad influenciada por muchos latinos, la primera barrera que enfrentó fue el idioma. “Quería seguir creciendo como artista, y para lograrlo, tenía que comunicarme. Así que me dediqué a aprender el inglés”.
Su talento lo transformó en un fenómeno. “Conocí a más muchas personas. La comunidad venezolana allá es muy grande. Hice caricaturas en eventos y poco a poco había pintado todo Miami. Conocí gente de otros países donde hice muchos amigos que trabajan en ferias y así asistí a diferentes ciudades de aquí. Viajé por casi todo el país pintando caricaturas”, compartió.
Una historia, dos Emmy
“Hay que intentarlo”, un documental sobre la dura y conmovedora historia de Jorge, se originó en plena pandemia. El mencionado proyecto estuvo bajo la dirección de sus amigas venezolanas Yulma García y Kristy Espinoza. La producción audiovisual recibió dos Emmy por interés humano y otro por fotografía y video.
“A veces, son cosas que uno ve imposibles y pasan. Después, cuando lo visualizas y lo logras, te emocionas. He trabajado fuerte para hacer las cosas pero siento que voy para adelante sin mirar atrás”, opinó.
“El Niño” Torrealba, disfruta de esta etapa sin ego y espera seguir evolucionando con el ingenio que mejor lo define. “Desde que decidí hacer lo que me gustaba, tuve la visión de que voy a seguir surgiendo. Solo ha sido como un escalón más para lograr lo que quiero. Sé que voy a lograr todo lo que me propongo. No dejo de soñar, porque ahora sé que nada es imposible”, refirió.
Los icónicos zapatos
Entre sus trabajos más importantes, destacan un par de zapatos que pintó para el basquetbolista turco de la NBA Enes Kanter. La noticia le dio la vuelta al mundo. Jorge contó que el primer contacto fue a través de los organizadores de la campaña Save Democracy Venezuela.
“Hice mi diseño, lo envié y dijeron: ‘Tienes que pintar los zapatos’. Tenía menos de quince días y acepté. Enviaron los zapatos a mi casa, hice el diseño y luego me dijeron para entregárselo personalmente. Me pareció que era el momento perfecto, no solamente para que otros vieran mi trabajo, sino para hacer que el mensaje que yo quería dar de la migración lo pudieran ver muchas más personas, que se dieran cuenta de lo que está pasando Venezuela”, afirmó y al mismo tiempo refirió: Le entregué los zapatos y le encantaron. Me dijo que quedaron brutales y que era uno de los mejores que le habían hecho”.
Rompiendo dimensiones
En noviembre de 2021, se llevó a cabo la convención de caricaturistas (ISCA). Jorge concursó con participantes de diferentes partes del mundo, pero su experiencia, carisma y audacia lo catapultaron a la cima del éxito al obtener doble reconocimiento.
“Quería hacer algo diferente, con cosas ecológicas y empecé a crear estas caricaturas con con lo que encontrara. En esta oportunidad hice ocho esculturas en cuatro días. Vieron algo creativo. Me he estado ganando por varios años consecutivos el premio a mejor caricaturista 3D. (…) Hicieron una nueva categoría, para el más innovador de la convención y gané los dos premios”, aseveró.
El joven de 31 años aseguró que se siente feliz por este logro. “Recuerdas cuando pensabas en que no tenías visa, y no tenías cómo llegar allí. Pero ahora ser parte de esto, que esas personas sean tus amigos y recibir todos esos reconocimientos es emocionante. Eso te ayuda a seguir y seguir”.
La esencia de Jorge
Jorge Torrealba maneja una propuesta pintoresca, divertida y otras tienen un estilo oscuro, género por el que se siente atraído. Asimismo, confía en que el talento tiene que ir acompañado de diversos factores. “Puedes hacer cosas geniales, pero la personalidad influye mucho. Logro conectarme con la gente, y no solamente me buscan por el trabajo sino sienten. ‘Quiero vivir esa experiencia de que alguien me pinte, pero contigo, porque me caes bien, porque me das buena vibra’. Cada artista tiene muchas cosas detrás, no solamente el talento”.
Con los pies en Nueva York, su mente en las caricaturas y su corazón en Venezuela, mantiene un norte bien definido, que por supuesto, va acompañado con determinación, creatividad y mucho entusiasmo. Paralelamente, mantiene presente que la constancia es la clave para materializar cada meta.“En Nueva York tengo ocho meses. Es importante ser constante en tus sueños, y no dárselos a alguien más o separarlos por hacer otras cosas”.
El ilustrador reveló que incursionó en su proyecto de NFT para vender su arte digital. Todo ello, sin dejar a un lado su marca de ropa con diseños exclusivos. “Hay pocas personas involucradas. Si todo se da como uno espera, tendré un equipo más grande. Hay que trabajar sin parar (…) Quiero que cuando vean mi trabajo, sin importar de dónde sean, digan: ‘Es de Venezuela’. Espero llegar a tantas personas como pueda”.