Hay matrimonios tan difíciles de deshacer que el nudo de la madeja se alarga en el tiempo. Ese ha sido el caso del formado por Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver, dos estrellas de la política, el entretenimiento, las finanzas y el periodismo que han necesitado diez años para finalizar su divorcio. El suyo era un matrimonio por amor, construido en la fe católica que el actor y ex Gobernador de California echó por la borda con sus constantes infidelidades y con la consecuencia de tener un hijo con la asistenta. Su hijo fuera del matrimonio nació casi al mismo tiempo que el tercero de los hijos con Shriver, algo que ella nunca le perdonó. Así lo reseñó ABC.
La pareja, que no había firmado acuerdo prematrimonial, tenía tantos los fideicomisos de sus propiedades que necesitaron contratar un juez privado y pelear durante diez años para conseguir un acuerdo de divorcio beneficioso para ambas partes.
La falta de motivación del actor, que nunca quiso divorciarse, y las complicaciones en los términos de los fideicomisos de las propiedades conjuntas llevaron este caso a los tribunales durante años.
Amigos a pesar de su separación, la expareja tuvo cuatro hijos juntos con quienes continúan reuniéndose en determinadas celebraciones; cumpleaños familiares, Acción de Gracias o Navidad. El actor de 74 años y María, de 66, dieron por terminado su matrimonio en el 2011, pero hasta el pasado martes no se formalizó dentro del sistema judicial del Tribunal Superior de Los Ángeles. María solicitó el divorcio hace más de una década tras descubrir que la estrella de Conan había engendrado un hijo, Joseph Baena, con su ama de llaves.
Arnold, que se casó con María en 1986, describió su separación como el «mayor fracaso de su vida», y admitió que la ruptura fue totalmente culpa suya. «Ese fue, sin ninguna duda, el mayor revés y el mayor fracaso de mi vida. No se puede señalar con el dedo a nadie más». Aunque, por aquel entonces, la ex pareja afirmó en el momento de su separación que habían tomado la decisión juntos. «Este ha sido un momento de gran transición personal y profesional para cada uno de nosotros. Después de mucho pensar, reflexionar, discutir y rezar, hemos tomado esta decisión juntos».
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