El tradicional lechón asado escasea en la cena de Fin de Año de los cubanos

El tradicional lechón asado escasea en la cena de Fin de Año de los cubanos

La carne de puerco cocinada a fuego lento, es una tradición que muchas familias en Cuba no podrán disfrutar este 31 de diciembre, una fecha de doble significado por el año que empieza y un nuevo aniversario de su revolución.

“No todo el mundo va a tener el privilegio de comerse un pedacito de carne (de cerdo) porque la economía no está buena y (el precio de) la carne cada día más para arriba”, lamenta Ana Marco, una artesana de 52 años, agradecida de que su esposo migrante haya traído dólares de Estados Unidos para tener una buena celebración.





Este 2021 “verdaderamente, ha sido un periodo bastante fuerte para todos, tanto en la economía como en las enfermedades. ¡Vaya, es terrible!”, exclama Marco, al comparar con otros momentos críticos vividos en la isla, como el “periodo especial” en la década de 1990.

Cuba concluye además un duro año sacudida por las masivas manifestaciones del 11 de julio, en más de 50 ciudades, al grito de “Libertad” y “Tenemos hambre”.

A espaldas de Ana, los perniles y las paletas de cerdo cuelgan del mostrador de una carnicería del populoso barrio Los Sitios, en La Habana, a donde se acerca uno que otro comprador.

– “Indicador de inflación” –
“La carne de puerco para nosotros es el indicador de la inflación y es el indicador nacional”, explica de su lado a la AFP el economista cubano Omar Everleny Pérez. El incremento de precios al consumidor en la isla fue de 70% en este 2021, según cifras oficiales.

“Es como el pavo en Estados Unidos el 24 de diciembre. En una casa que no se coma pavo no están celebrando las navidades, entonces en Cuba era así, era un puerco”, sostiene, recordando que en los años de “bondad” las familias cocinaban un cochino entero.

Era la época en que el popular dúo “Buena Fe” lo consagró en una canción humorística como el “mamífero nacional”, pidiendo incluso que el gobierno le hiciera un monumento. “¿Quién ha visto un Fin de Año sin esa nube de aromas? Lo mismo en los barrios ricos, en las más humildes lomas”, reza la letra.

Para el gobierno, el problema es la falta de pienso o comida para los animales. “Para criar los cerdos, que tanta falta nos hacen y tanto nos gustan, hay que dedicar más tiempo a producir alimento animal”, dijo ante productores esta semana el primer viceministro, Jorge Luis Tapia.

Para otros, el asunto tiene múltiples causas como la caída del PIB de 11% en 2020, con una leve recuperación de 2% este año, así como el endurecimiento del embargo estadounidense desde 2018.

Sin embargo, Omar Everleny Pérez estima que el problema en gran parte obedece a la mala gestión de la reforma monetaria aplicada por el gobierno al inicio del año, que implicó un aumento de salarios de 450%, pero también el alza de precios.

– Sociedad “más desigual” –
“Los salarios no crecieron en la misma magnitud que los precios”, indica el economista. Según cifras oficiales, el sueldo promedio en el país es de 3.934 pesos (unos 163 dólares), casi equivalente a los 4.000 pesos que vale un pernil de 20 libras, una de las piezas más codiciadas para la última cena del año.

“¿Dónde yo veo más las dificultades?”, se pregunta el economista. En grupos sociales como los jubilados, que ganan 2.100 pesos (87 dólares), prosigue Pérez, al compararlos con el sector de cubanos que obtienen remesas del exterior.

Así, una familia que recibe 100 dólares de migrantes se puede hacer de “7.000 pesos que le permitirían pasar un buen fin de año”, añade Pérez, refiriéndose a que en el concurrido mercado negro cada dólar se cambia a unos 70 pesos, frente a los 24 de la tasa oficial.

Este escenario muestra que Cuba “se ha ido convirtiendo en una sociedad -que se supone que es socialista-, en más desigual”, observa con preocupación el economista.

Entre enero y septiembre de este año, Cuba solo produjo 56,6% de la carne de cerdo que obtuvo en el mismo periodo de 2020.

Lomo, paleta, cocote (cogote) a 200 pesos la libra, se puede leer en una pizarra de otro expendio de carne. El dueño del negocio dice que no le dan las cuentas. “En otros años, un día como hoy ya hubiera sacado unos 20 puercos, pero hasta ahora solo han salido tres”.

Al abandonar la carnicería con la bolsa casi vacía, Pedro Machado, un taxista de 52 años, se queja de que la carne está “excesivamente cara. El que puede compra unas libritas, el que no la puede comprar, que coma pollo, no hay más nada”. AFP