Tiene 21 años y ha sido condenado a pasar más tiempo del que ha vivido en una cárcel de Cuba.
Por BBC
Walnier Luis Aguilar Rivera, un joven residente en el barrio de La Güinera, uno de los más populosos y pobres de La Habana, fue sentenciado este mes a 23 años de cárcel por participar en las masivas protestas del 11 de julio pasado.
“Estamos destrozados. Mi hijo tiene un retraso mental producto de una lesión y en el juicio ni siquiera tuvieran en cuenta eso. Él salió a protestar como todo el pueblo y ahora le quieren meter más años que su propia edad. Tiene 21 años y le han metido 23”, dice a BBC Mundo Luis Aguilar, padre del joven.
Según su testimonio, su hijo fue detenido pocos días después de las manifestaciones y la familia no pudo volver a verlo hasta tres meses después.
“Nosotros afuera sufriendo sin saber de él. Ahora lo tienen en el Combinado del Este, que es una cárcel de máxima seguridad y él es solo un muchacho de 21 que tiene problemas psiquiátricos”, agrega.
Su caso no es el único.
En las últimas semanas, una veintena de personas han recibido condenas de entre 12 y 30 años de cárcel por participar en las manifestaciones del 11-J, algunas de las cuales duplican la edad de los manifestantes.
Según datos recopilados por Justicia 11J, un grupo independiente sobre detenciones por motivos políticos creado tras las protestas, cerca de 150 personas han sido llevadas a juicio en las últimas dos semanas con causas asociadas a las protestas.
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