Hace 300 años aproximadamente había un pequeño pueblo, construido por no más de 5 familias, que vivían de forma permanente en la isla de Ellioaey, un lugar remoto al sur de Islandia. Estaban aislados del mundo ya que al dedicarse mayoritariamente a la pesca se relacionaban con otros pescadores de las islas cercanas.
Por: Clarín
Por aquel entonces las necesidades eran mucho menores que en la actualidad. No tenían problemas, se sustentaban con la pesca y la caza y mantenían un pequeño negocio ganadero que les servía para comprar a los pescadores ocasionales los bienes de primera necesidad.
En 1930 se fue el último habitante de la isla, abandonando la propiedad a su suerte. Ya nadie vivía en ella pero seguían yendo personas a visitarla por una actividad que hasta entonces era una más y que se volvió protagonista: la caza del frailecillo. Este animal es parte de la gastronomía islandesa, muy valorado por la población y permitiendo su caza en la isla.
Desde entonces, casi 100 años después, surgieron misteriosas teorías en torno a la casa más solitaria del mundo.
Han surgido teorías misteriosas en torno a un pequeño edificio que se cree que es una de las casas más solitarias del mundo. Según un rumor, la vivienda fue construida por un multimillonario que planeaba mudarse a la isla remota en caso de un apocalipsis zombi. Otras personas sugirieron que un ermitaño religioso podría haber estado viviendo allí.
Sin embargo, la teoría más extendida es que allí vive la artista islandesa Björk. La historia tiene una explicación que se remonta al año 2000, cuando el entonces Primer Ministro de Islandia Davíd Oddsson dijo que le regalaría la vivienda a la cantante al asegurar que había hecho más cosas por el país que la mayoría de los islandeses.
Esos comentarios se mantuvieron en el imaginario popular por mucho tiempo, tanto que la vivienda más aislada del mundo pasó a ser conocida como “la casa de Björk“. Sin embargo, la cantante no tiene ninguna conexión con la propiedad. Aunque la isla puede ser visitada por turistas, hoy es imposible hospedarse en el inmueble.
Hoy la realidad que envuelve a la misteriosa casa de la isla es mucho menos emocionante que las teorías que la rodean.
Fue construida por la Asociación de Caza Elliðaey como base para cazar frailecillos. Al estar en la isla remota, la propiedad no tiene electricidad, agua corriente ni plomería. Sin embargo, supuestamente cuenta con un sauna que se alimenta mediante un sistema de recolección de agua de lluvia natural. La isla también está catalogada como reserva natural y área protegida.
Las empresas de turismo ofrecen excursiones de un día a Elliðaey para los turistas que quieran explorar su particular entorno natural.