La rápida difusión de la variante ómicron del coronavirus marcará este año la Nochevieja en Italia, donde se han cancelado cenas y conciertos y se han prohibido las celebraciones en el centro de las ciudades, mientras aumentarán lo controles policiales y del certificado sanitario reforzado, actualmente necesario para casi todas las actividades de ocio y restauración del país.
El ritmo de contagios, que este miércoles rozaron los 100.000 por primera vez desde el inicio de la pandemia, ha impulsado restricciones particulares como el cierre de discotecas hasta el 31 de diciembre, además de la obligación de la mascarilla al aire libre o la prohibición de aglomeraciones festivas, entre otras.
Las plazas y las calles céntricas, donde por segundo año consecutivo no se celebrarán conciertos ni reuniones, serán objeto de una vigilancia especial decretada por el Ministerio del Interior, que en una circular enviada a todos los prefectos del país ha pedido que las fuerzas del orden aumenten los controles en los días festivos y donde las reuniones pueden ser más probables.
El objetivo es hacer cumplir las nuevas normas, en particular la obligación de utilizar mascarillas también al aire libre y la prohibición de reuniones, en tanto que las ciudades más importantes han incrementado esos controles con ordenanzas especiales, como Florencia, Milán o Roma, donde se ha cancelado el tradicional concierto de la noche del 31 de diciembre en el Circo Máximo.
No es el único: las anulaciones o reprogramaciones de los acontecimientos previstos inicialmente para finales de año se están multiplicando en los últimos días e incluso algunos de sus protagonistas han tenido que anular su participación por haber contraído el virus, como Al Bano, que no podrá participar en la gala de Canal 5 en Bari (sur).
Además, una de cada cuatro reservas para los festejos de Fin de Año ha sido anulada, según la mayor patronal, Confcommercio, que lamenta el temor de los 70.000 restaurantes que abrirán esa noche a más cancelaciones de última hora, a pesar de las grandes expectativas del sector tras un año muy duro por la pandemia.
Y el sector turístico ya ha pedido al Gobierno ayudas que palíen las consecuencias de las últimas medidas: solo para las vacaciones entre Navidad, Año Nuevo y el día de la Epifanía, el 6 de enero, de los 25 millones de viajes programados por los italianos hace solo pocos meses, cinco millones han sido suspendidos y 5,3 millones acortados, según los datos “desastrosos” difundidos por Confcommercio.
El Consejo de Ministros celebrado este miércoles aprobó nuevas medidas de control para la pandemia, como nuevos escenarios para la obligación del certificado sanitario reforzado, que se obtiene si se está vacunado o se ha pasado el coronavirus y que hasta ahora se necesita para las actividades de ocio y para consumir en bares y restaurantes.
EFE