La reelección de presidentes en ejercicio en América Latina estaba tan de moda en los primeros años de este siglo que las había tanto de líderes de izquierda o derecha.
Por BBC
Pero luego concluyó el boom de materias primas, surgieron problemas económicos, escándalos de corrupción y creció un malestar social manifestado con varias protestas y que se afianzó con la pandemia de covid-19.
Ahora la moda electoral latinoamericana pasó a ser muy diferente: votar contra el establishment y darle la oportunidad de gobernar a la oposición.
En 11 de las 12 elecciones presidenciales que se completaron en América Latina desde 2019, el voto fue por cambiar al partido en el poder.
La excepción a esta nueva norma es Nicaragua, pero sus comicios de noviembre fueron considerados una “farsa” en Occidente: el presidente Daniel Ortega logró reelegirse después que su gobierno encarcelara a sus posibles rivales.
“Hay una insatisfacción en general con la clase política y quien acaba pagando la cuenta es el partido que está en el poder”, le dice Paulo Velasco, profesor de Política Internacional en la Universidad del Estado de Río de Janeiro, a BBC Mundo.
Este cuadro de descontento podría completarse en 2022 con tres elecciones previstas en la región, dos de ellas en los países más populosos de Sudamérica: Brasil y Colombia.
Agenda y escenarios
La primera elección general latinoamericana del año nuevo está prevista para el 6 de febrero en Costa Rica, con un posible balotaje entre los dos candidatos presidenciales más votados para el 3 de abril.
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