A Donnell Clyde Cooley, conocido popularmente como Spade Cooley, lo apodaban “el rey del swing occidental”. Era como un beatle veinte años antes de que estallaran los auténticos.
Por Clarín
Este músico vestido de personaje de película de John Ford se adueñó de Estados Unidos en los cuarenta. Poseía una finca en Los Ángeles, un rancho en el desierto de Mojave, un yate enorme, cien trajes de vaquero, cincuenta sombreros, tres docenas de pares de botas, películas en su haber, un programa de televisión exitoso y quince millones de dólares.
Se ve que esos logros, algunos más algunos menos, lo llevaron a ser el único artista del mundo en tener una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood incluso después de haber matado a alguien.
I: El ascenso de Cooley
Cooley llegó a Los Ángeles a los 25, sin dinero y solamente sabiendo tocar el violín. Empezó actuando en pequeñas bandas californianas hasta que llegó a participar en un trío en el Venice Pier Ballroom de Santa Mónica.
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