Un grupo de investigadores de Estados Unidos están trabajando en una tinta microbiana que genera un material ‘vivo’ que se puede reproducir, imprimir en 3D e incluso se podría usar en la exploración espacial. Así lo reseñó 20Minutos.
El proyecto está a cargo de Neel Joshi y ha sido publicado en News@Northeastern. El autor declaraba para este medio que “un árbol tiene células incrustadas en su interior y pasa de ser una semilla a un árbol al asimilar los recursos de su entorno para implementar estos programas de construcción de estructuras. Lo que queremos es algo similar, pero proporcionando esos programas en la forma de ADN que escribimos e ingeniería genética”.
Así se creó
Los científicos han modificado la bacteria ‘Escherichia coli’ para generar esta tinta microbiana, así pues, han creado dos polímeros proteicos bautizados como ‘nanofibras de curli’ que pueden tener la forma de una malla, además, se pueden reticular entre sí.
Estas nanofibras generan una especie de gel elástico que se puede emplear a modo de tinta de impresión 3D. Según The New York Times, dicho material aún se está desarrollando aunque podría ser una herramienta de construcción renovable de gran valor porque es capaz de crecer y se repara a sí misma.
Los investigadores emplean las fibras de curli porque ofrecen un material atractivo a los ingenieros. Además, el equipo de Joshi ha intentado mezclar la tinta con otros microbios modificados genéticamente con el objetivo de otorgar a los materiales 3D unos fines concretos.
Primeros resultados
En noviembre del año pasado, un artículo publicado en Nature Communications informó que produjeron un material gelatinoso con el que han impreso formas de círculos, una caja, una cuadrícula, un cono y atributos médicos. Además, los resultaron fueron satisfactorios.
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