Los detalles del caso en el cual murió joven atacado con un destornillador en Colombia

Los detalles del caso en el cual murió joven atacado con un destornillador en Colombia

Jonathan Tacuma paseaba a su perro en el sector Quintas de San Jorge de Suba cuando fue agredido. Foto: Archivo particular

 

Jonathan Tacuma falleció en la mañana de este martes tras permanecer 10 días internado en el Hospital Universitario Nacional con muerte cerebral. El joven universitario había sido atacado por un vecino con un destornillador en un nuevo caso de intolerancia en la ciudad.

Por eltiempo.com





El 25 de diciembre de 2021 parecía un día cualquiera en la casa de la familia Tacuma Sánchez: pasaron la noche de Navidad juntos y Jonathan estaba feliz por la despedida que sus compañeros de trabajo le organizaron el día anterior.

Como cada mañana, el joven de 27 años se preparó para sacar a su mascota a pasear. Minutos antes de salir, su hermana Xiomara se le acercó para ofrecerle un trago de crema de whisky. Jonathan, fiel a su costumbre de no tomar alcohol, no se lo recibió; no obstante, dijo una frase que la mujer recordará toda la vida: “Cuando vuelva tomamos un poquito”.

Antes de que llegaran las 9 de la mañana, Jonathan salió junto con su perro Tommy por las calles del barrio Jordán, en la localidad de Suba, con destino al parque Tanque del Indio, una zona verde ubicada en la parte alta de una montaña que al joven estudiante de Psicología le gustaba visitar para apreciar la ciudad en silencio.

Aquel silencio que reinaba en la capital aquella mañana fue interrumpido de repente por el grito de una persona, un hombre que Jonathan conocía por su agresividad y a quien el barrio entero le tenía miedo. “Póngale el bozal a ese perro”, gritó el sujeto.

Jonathan, a quien todos sus conocidos señalan como una persona amable y serena, simplemente le dio la espalda y se alejó del lugar. “Él era una persona muy tranquila. Siempre tenía la respuesta a cualquier dificultad o disgusto y solía mediar en los conflictos”, cuenta su hermana.

Los insultos de esta persona no se detuvieron. De acuerdo con un testigo que presenció los hechos y quien se puso en contacto con la familia para narrar lo ocurrido, el agresor sacó un destornillador de su bolsillo, hirió a Jonathan en la cabeza y huyó del lugar mientras gritaba “muerto”.

Lo que sucedió en los minutos siguientes es un misterio. Los familiares de la víctima relatan que el testigo se acercó a auxiliarlo, pero que al darse cuenta de que no llevaba el celular, volvió a su casa para llamar a una ambulancia.

“Creemos que el tipo volvió y lo siguió golpeando. Mi hermano tenía señales de otras agresiones; por ejemplo, le faltaban piezas dentales, tenía una laceración en su frente y un labio roto. Los médicos pensaron que había sido golpeado por varias personas”, cuenta Xiomara.

Los primeros en llegar fueron dos patrulleros del cuadrante que atendieron una llamada de emergencia de la comunidad. Los uniformados le prestaron los primeros auxilios.

El estudiante de Psicología fue internado ese mismo día en el Hospital Universitario Nacional y allí fue diagnosticado con muerte cerebral. “Por la gravedad de las lesiones, su cerebro no aguantó. Le iban a hacer una cirugía el 31 de diciembre, pero no tenía las plaquetas suficientes para poder resistir ese procedimiento”, narró la señora Luz Yaneth Sánchez, madre del joven fallecido, quien se convirtió en la víctima número 106 en casos que involucran violencia interpersonal.

Con respecto al agresor, se trataría de un hombre de 27 años de edad que hasta hace pocos días vivía en el barrio y a quien los residentes del sector dicen temer. EL TIEMPO pudo establecer que este sujeto habría intentado internarse en una clínica psiquiátrica y que durante los días posteriores al ataque intimidó a otras personas.

“Con las labores de vecindario de investigación se establece que hay un indiciado. Dicha información se le comparte a la Fiscalía General de la Nación y se establece que esta persona, al parecer, habría tenido diferencias de convivencia y por intolerancia habría atacado al joven”, señaló el teniente coronel Misael Quiroga, comandante de Policía de Suba.

Por su parte, el ente investigador indicó que ya se iniciaron las labores de recolección de testimonios y de evidencias técnicas, así como la búsqueda de los videos de las cámaras de seguridad de la zona en los que se registraron los hechos.
“Se avanzó en la individualización del presunto agresor. Con las evidencias recolectadas, la Fiscalía está a punto de tomar decisiones de fondo en el caso. Con la muerte del joven, el delito que se investiga dejó de ser tentativa de homicidio y se pasó a homicidio”, explicó el ente acusador.

A noviembre, iban más de 70 casos de agresiones fatales

El caso del joven Jonathan Tacuma, quien falleció a causa de una puñalada en el cráneo, propinada con un destornillador, se sumó a los 106 registros de homicidios en la categoría de violencia interpersonal que están en el conteo de Medicina Legal hasta el 30 de noviembre de 2021.

Ahora bien, revisando los datos en detalle, se encuentra que de los 106 casos de lesiones fatales, 71 corresponden a riñas o eventos de agresión ocurridos en espació público. De esta cifra, la incidencia está concentrada en los hombres, con 66 homicidios, mientras que en el caso de las mujeres la cifra fue de cinco reportes.

Sebastián Jiménez, experto en seguridad de la Universidad Nacional, dice que “durante la temporada de fin de año lo que vimos fueron casos mucho más violentos”. Según el experto, los métodos de ataque y violencia ejercida en escenarios de conflicto provocó que la gente se sintiera más insegura “sin necesariamente tener un aumento en las cifras frente a los otros años”. Para Jiménez, reacciones como la del agresor de Tacuma “pueden ser efecto del impacto de la pandemia en la salud mental de los bogotanos”.

No obstante, este caso que empezó como una tentativa de homicidio, derivada de lesiones personales, ya fue catalogado como un homicidio doloso por la Fiscalía. En ese sentido, Ricardo Burgos, experto penalista, afirmó que el monto de la pena para el agresor puede estar entre 12 y 50 años de prisión.

Mientras tanto, Francisco Bernate, abogado penalista, dice que lo que sigue en este caso es una diligencia de imputación de cargos que se daría de forma virtual, toda vez que el sindicado se encuentra recluido en un hospital psiquiátrico. Para Bernarte, al no haber un motivo probado para la agresión ocasionada, sumado al hecho de que la víctima fue atacada en indefensión, el victimario podría tener una pena de entre 33 y 50 años.