Encontrados hace casi 30 años en el valle de Coachela, en California (EE.UU.), los restos de una mujer fueron finalmente identificados al cotejar su ADN con el de un hombre cuya madre había desaparecido, informó el pasado lunes la Fiscalía del condado de Riverside.
Por RT
El cuerpo de Patricia Cavallaro, de 57 años, fue descubierto el 24 de octubre de 1994, parcialmente enterrado en un desierto del mencionado condado. En ese entonces, las autoridades no lograron identificar a la víctima, pero sí precisar la causa de su muerte: la autopsia determinó que había fallecido por violencia homicida.
No fue hasta el año pasado que se pudo identificar los restos, cuando el Equipo Regional de Homicidios No Resueltos de la Fiscalía General hizo que se tomara una muestra de ADN con fines de genealogía forense, rastreó las coincidencias genéticas y logró localizar a un hijo de Cavallaro.
Los investigadores pudieron así averiguar que la mujer nació el 22 de marzo de 1937 en el oeste de Nueva York. En los años 60 se mudó a California, donde se instaló en el condado de Los Ángeles, tuvo dos hijos y un esposo. Según el periódico Desert Sun, su marido, quien falleció en 2017, no denunció su desaparición hasta 2001 y solo dijo que Cavallaro “había salido” de casa y desde entonces jamás había sido vista.
Tras la identificación de los restos, la investigación de asesinato sigue en curso.