“Somos una mezcla de periodistas y policías”, dice Kay, que desde hace un año rastrea con su computadora a los partidarios de Donald Trump que atacaron el Capitolio el 6 de enero de 2021, gracias a montañas de información de libre acceso en las redes sociales.
Residente en el estado de Washington, en el oeste de Estados Unidos, esta madre de 34 años nunca ha pisado la capital federal.
Pero el 6 de enero de 2021 vio “con horror” cómo cientos de manifestantes asaltaron el Congreso, golpearon a policías y periodistas y destruyeron el templo de la democracia estadounidense.
“Fue como un sacrilegio. El Capitolio es un símbolo y verlo atacado fue aterrador”, dijo a la AFP con la voz rota por la emoción.
Después de haber trabajado en la producción de videos, comenzó a visualizar las miles de horas de imágenes transmitidas en televisión, en YouTube o en las redes sociales, información “en fuente abierta” accesible para todos y sin clasificar.
También rastrea los perfiles de los usuarios de Facebook o plataformas más oscuras y conservadoras como Bitchute.
“Encontré personas que estaban orgullosas de lo que habían hecho y que se jactaban de ello”, dice.
Kay recopila imágenes de los atacantes, les pone apodos, elabora listas que pronto compartirá con otros detectives en línea, que se dan cita en grupos como Sedition Hunters, Capitol Hunters o Deep State Dogs, junto a sitios como Bellingcat o las células de investigación de los principales periódicos estadounidenses.
Pruebas en Internet
Ella trabaja con Sedition Hunters, que consta de un núcleo de una veintena de miembros, apoyado por cientos de usuarios de Internet.
Los autores del asalto también son identificados por sus signos distintivos (ropa, tatuajes, etc.), por herramientas de geolocalización o reconocimiento facial como PimEyes, y gracias a las convocatorias de testigos lanzadas en la cuenta de Twitter del grupo, que solicita a los internautas que se pongan directamente en contacto con el FBI.
El grupo se abstiene de nombrar a los sospechosos y las fotos están sujetas a varios controles antes de hacerse públicas, asegura Kay.
La policía federal, que también publica fotos de sospechosos en su sitio, se basa igualmente en informaciones que le llegan del público y de los detectives ciudadanos para elaborar sus informes de investigación.
Más de 725 personas han sido arrestadas y acusadas en diversos grados por su participación en la violencia en Capitol Hill, dijo el miércoles el secretario de Justicia, Merrick Garland.
“Hemos recibido más de 300.000 piezas de información de ciudadanos de a pie, que han sido socios indispensables” para la justicia, subrayó.
Devorah Margolin, miembro del Programa de Investigación sobre Extremismo de la Universidad George Washington, señala que las redes sociales jugaron un “papel enorme” en la búsqueda de los perpetradores de los ataques del 6 de enero de 2021.
“La mayoría de quienes publicaron mensajes en las redes sociales no pensaron que estaban haciendo algo ilegal”, dijo a la AFP. Pero “estaban cometiendo un delito, lo filmaban y las pruebas estaban en internet”.
Prevenir más violencia
De los 704 archivos de acusación del FBI compilados por el programa, el 77% contiene evidencia obtenida en línea, ya sea a través de detectives ciudadanos o del público o por los propios investigadores, señala Devorah Margolin.
Aiden Bilyard, de 19 años, fue arrestado a fines de noviembre acusado de rociar a policías con gas irritante, romper cristales del Congreso con un bate de béisbol y entrar ilegalmente al edificio.
El informe de investigación del FBI lo identifica por su apodo, “Pull Harvard”, y contiene varias fotos publicadas por Sedition Hunters.
Ronald Loehrke, de 30 años, fue arrestado en el estado de Georgia a principios de diciembre sobre la base de fotos difundidas por el grupo.
Apodado “MaroonPB”, por su chaqueta a cuadros y su presencia en Washington junto a integrantes del grupo ultraderechista Proud Boys, Loehrke está siendo procesado por agredir a agentes de policía y entrar en la oficina de un senador.
“Es gratificante” que el arduo trabajo de los detectives de Internet conduzca a acusaciones, dice Kay.
“Muchas de estas personas son violentas y ya tienen numerosos antecedentes penales”, explica. “Es importante para mí saber que ayudé a ponerlas en la cárcel y que puedo haber prevenido más violencia”.
AFP