En un gran hospital de Madrid, que ha estado en primera línea contra la Covid, hay un grupo de catorce trabajadores un tanto especiales. A primera vista nadie diría que son únicos. Son médicos, enfermeras y un celador que no llaman la atención, ni por su edad ni por un estado de salud excepcional. Incluso hay algún asmático. Pero todos ellos comparten destino: han aguantado en pie las seis olas de la pandemia.
Por La Razón
A pesar de haber estado sobreexpuestos, no han cogido nunca la enfermedad y no han desarrollado anticuerpos porque no les han hecho falta. Como si tuvieran un súper poder que los hace inmunes a un virus que ha contagiado a más de 300 millones de personas. Y ahora una investigación quiere saber qué hay en su ADN que los hace tan resistentes para poder replicarlo en los que no tenemos esa genética afortunada.
La cardióloga Elena Refoyo, de 49 años, es una de los catorce intocables del hospital madrileño. Dice que en estos casi dos años han visto cómo iba cayendo todo el mundo: «Tenemos un grupo de whatsapp y nos escribimos de vez en cuando para comprobar que seguimos en pie y ‘‘vírgenes’’. Y eso que hemos estado muy activos, algunos tienen parejas que también son sanitarios y el contacto con la enfermedad ha sido constante».
En el caso de Elena, su marido, internista, se contagió en marzo de 2020. Estuvo dando un mes positivo y ella como si nada. También le ha dado tiempo a sufrir algún percance de riesgo en el servicio de la UVI y algún minibrote en una celebración por un cumpleaños en la segunda ola. El resultado, todos los presentes infectados menos ella. «Yo ya comentaba con mi marido que no era normal, que algo me pasaba para no contraer la enfermedad… Y el ómicron, tampoco. Es que no me he contagiado ni queriendo».
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