Los ganaderos en Venezuela venden la leche en dólares para poder llegar a fin de mes. Aunque antes dependían en gran medida de la venta de carne, se han visto obligados a reducir la cría de animales y vivir más de la oferta de leche.
Por VOA
Los ganaderos del estado Barinas, una de los principales zonas agropecuarias de Venezuela, ordeñan sus rebaños horas antes que amanezca, para recolectar la leche, venderla en dólares y poder llegar a fin de mes, debido a la falta de financiamiento bajo una persistente crisis económica.
La actividad agropecuaria del país sudamericano se ha visto afectada por los años de regulaciones y expropiaciones de tierras, lo que ha llevado a los ganaderos, que dependían en gran medida de la venta de carne, a reducir la cría de animales y vivir más de la oferta de leche.
La ganadería en las llanuras de Barinas contaba con 2,5 millones de cabezas de ganado hace apenas cuatro años, pero en la actualidad tiene 1,7 millones, al tiempo que se dispararon los costos de crianza de los animales, dijeron los productores, quienes agregaron que se sacrifica menos ganado debido a la alta inflación que ha afectado la demanda de carne de res.
Si bien Nicolás Maduro flexibilizó los controles a las empresas desde inicios de 2019, la medida no ha sido suficiente para reactivar por completo áreas clave de la economía. Sin embargo, ha permitido que algunos ganaderos vendan leche en dólares, a pesar de que la actividad láctea alguna vez fue secundaria a la carne de res.
“Es la leche las que nos da la oportunidad de tener una caja chica en la finca, la que nos da para pagar la nómina porque actualmente no matamos animales (ganado) a cada momento. Es la leche las que nos mantiene operativos”, dijo José Labrador, directivo de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) y presidente de la asociación de productores rurales de Barinas.
El litro de leche lo venden entre 0,30 y 0,60 centavos de dólar, dijo.
El uso del dólar ha ayudado a los productores a sobrevivir, dijeron, debido a que ayuda a compensar la devaluación del bolívar de Venezuela, al mismo tiempo que hace que el contrabando de ganado a la vecina Colombia sea menos atractivo.
La carne de res, que antes producían por toneladas para el mercado interno, lleva más tiempo para generar ingresos de inmediato, sobre todo en un país donde el consumo ha disminuido a unos ocho kilos anuales por persona, frente a los 26 kilos de hace más de décadas, según cálculos de Fedenaga.
Un puñado de ganaderos, en medio de sus limitaciones, ha logrado apoyo para vender, con terceros, carne y ganado al exterior. El gobierno desde hace más de un año ha tratado de empujar al sector privado a que exporte a países de Asia y el Medio Oriente.
La producción de leche en Barinas, que se vende a receptoras de quesos y otras procesadoras, rondaría los 2 millones de litros diarios, estiman los productores. No fue posible encontrar cifras de producción de leche de años anteriores.
La restricción de nuevos préstamos ha sido un duro golpe para los ganaderos porque tienen menos capacidad para invertir en las fincas y adquirir mayores insumos, lo que ha hecho que algunos productores abandonen sus tierras y otros cambien de rubros como la siembra de maíz o realicen pequeñas crías de cerdos u ovejas, junto con el ganado, explicó el directivo del gremio ganadero.
El gobierno ha impuesto una estrategia de contracción del gasto en moneda local y limitación del crédito bancario para disminuir la cantidad de bolívares en circulación y así lograr mantener la estabilidad del tipo de cambio, además de controlar la inflación, que en 2021 cerró en 686,4%.
El Banco Central de Venezuela obliga a los bancos a inmovilizar 85% de los depósitos del público, lo que deja escaso margen de maniobra a las entidades para autorizar créditos a empresarios y productores agrícolas. El Estado venezolano dejó de destinar recursos directos al sector, según los productores.
Junto a la falta de nuevos préstamos, los ganaderos también tienen que afrontar los efectos de la hiperinflación.
Una finca en las afueras de la capital del estado, de unas 340 hectáreas, antes producía 14.000 litros diarios de leche y con la crisis ahora genera unos 9.000 litros diarios. En esa baja producción han incidido los altos costos de los insumos.
En leche “manejamos cerca de 9 litros por vaca por día (…) llegamos a producir más, pero la cuestión ha disminuido por los costos operativos, como el concentrado” o el precio del alimento balanceado para animales, dijo Ángel Angulo, técnico en producción agropecuaria, quien en la finca es supervisor del área de ordeño mecanizado de unas 110 vacas dos veces al día.
En la finca, en el suroeste de la región, quedó paralizado un segundo sistema de ordeño, proyecto que avanzó, pero que luego se detuvo, porque se extinguió el financiamiento. El plan era producir hasta 8.000 litros de leche diarios adicionales al volumen actual, agregó Labrador.
La incursión de grupos criminales que queman los fundos, maquinaria, equipos, vehículos o matan el ganado, incluso la destrucción de la reserva forestal, también ha perturbado la producción, denunciaron los ganaderos.
El objetivo de los delincuentes es expulsar a los ganaderos de sus tierras, antes de venderlas a terceros, dijeron los productores a Reuters. Videos vistos por Reuters muestran que el ganado es maltratado o confinado sin comida hasta que muere.