La basura es un negocio para muchas familias en la Península de Paraguaná, y es que el vertedero Tiguadare, el más grande de Venezuela, está ubicado en la mencionada zona del estado Falcón. Pese a su importancia, no tiene resguardo de ningún organismo de seguridad y tampoco es administrado por ningún ente, lo que hace que se convierta en un negocio donde abunda la ilegalidad.
Por Corresponsalía
Este martes 18 enero, este vertedero fue el escenario donde funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) Eje de Homicidios Falcón, base Punto Fijo, ejecutaron un procedimiento en el que murió un joven de 18 años que se enfrentó a tiros a la comisión policial al verse acorralado. Los funcionarios iban tras la pista de una banda de cinco hombres que mantiene azotada a la población, comete delitos en el lugar y pretende imponer un pranato.
El joven que ingresó sin signos vitales al hospital Doctor Rafael Calles Sierra de Punto Fijo, quedó identificado como Luis Angelo Yuguri Colina, sindicado de ser el líder de la organización. Estaba siendo buscado por el homicidio de Donaldo Zamora, ocurrido el pasado 13 de noviembre de 2021 en la misma localidad. Los investigadores se mantienen en el lugar para dar con la captura de los otros que, según trascendió, están plenamente identificados.
Un vertedero con muchos problemas
Este lugar fue construido para atender la basura de los tres municipios de Paraguaná. Dispone de más de 148.000 metros cuadrados para el almacenamiento de los desechos sólidos, pero el proyecto está diseñado para la deposición de 300.000 metros cúbicos, según información aportada por los técnicos de la Unidad de Ecosocialismo (UTEC- Falcón), y lo convierte en el más grande de Venezuela. Aunque se acordó implementar el Plan Falcón Recicla en el año 2018, esto no se ha materializado.
En la localidad habitan familias enteras que viven del negocio de la basura: recolectan objetos que puedan vender y con ello compran alimentos. Viven en ranchos a orillas de la larga carretera que lleva al vertedero y desde donde se puede ver las montañas de basura quemada.
En el lugar, la empresa privada Cardón IV construyó 70 casas para familias que habitaban en la zona, pero la pobreza y el olvido del chavismo se adueñó de esta. Ahora viven con más temor que a la basura o a los insectos que puedan salir de ellas, ya que quien no se sume a las políticas y normas implementadas por las bandas de la basura, paga las consecuencias.
Con la llegada del alcalde del Psuv, Abel Petit, al municipio Carirubana, su gabinete anunció a principios de año, la recuperación de Tiguadare, para que cumpla con el fin para el cual fue creado y haya un control de la basura.
Miguel González, presidente de Imaseo, detalló que se va a implementar en el botadero de basura una inteligencia policial para acabar con las mafias de la basura. Además de velar por que el vertedero cumpla con sus funciones: separar y clasificar la basura para luego transformarla y venderla. De esta manera, el Estado tendría un ingreso extra.
También habló de implementar un sistema para regular todos los escombros que llegan al vertedero, y que las empresas paguen por este beneficio. Con esos recursos, se podrían concretar mejoras para las comunidades aledañas y se les brindaría seguridad a sus habitantes.
Esta zona por años ha sido denunciada por taxistas como un lugar de liberación en casos de secuestros. Allí también se han cometido atracos, violaciones y homicidios, ya que en el lugar no hay ningún resguardo policial, pese a que su entrada está justo al lado de una alcabala conformada por militares.