El anuncio sobre un Referéndum Revocatorio controlado por el Ejecutivo, negándole el derecho a la sociedad a una participación política plena es muestra evidente del pánico que estremece al régimen, frente a la toma de decisión del cuerpo social que se orienta a reinstalar la democracia, tal como lo prevé la Constitución y la cultura política de la mayoría de los ciudadanos. No obstante la violencia implantada por el socialismo militarista, con lo cual queda claro que quienes prevén el referéndum revocatorio están muy distantes de comprender que el referéndum revocatorio constituye otra vía, un cambio de vía firme que determine salida de los venezolanos demócratas para hacerse de la democracia.
El cambio de vía, entiéndase, es parte del conocimiento y dominio político de la masa democrática que, con conocimiento la brutal dictadura y en su interior como ciudadano, están determinado a lograr la unificación político-social, de acción y disposición para el cambio político que bloquee régimen con las bocas de fuego y el plan de machete -arbitrariedades propias de la brutal dictadura- pero también del miedo a la Constitución de la República democrática y a la decisión demostrada desde ya hace tiempo, el 6D del año 2020. El Referéndum Revocatorio como cambio de vía, se muestra como una acción de turbulencia política que será muy efectiva, habida cuenta el ambiente político real de inmiseración que ha impuesto este gobierno retrógrado, lo que obliga a los demócratas mostrar su fuerza social.
El referéndum revocatorio y el cambio de vía en curso expresan inequívocamente un proceso similar a lo acontecido en Barinas, cuando sus ciudadanos decidieron el nombre y la persona de su Gobernador, echaron de Barinas a todos aquellos intrusos y politiqueros, que no quieren aceptar que el saber político del venezolano hoy está decidido nacionalmente a cambiar el poder ejecutivo. Constituyen, indiscutiblemente, una condición propia de un venezolano que entiende de la democracia, ¿Qué democracia? La democracia donde el individuo está por encima de la comunidad y el Estado.
La ciudadanía venezolana y el gen democrático llaman y entienden al Referéndum Revocatorio, por cuanto lo comprenden como un derecho político que interviene en la ejercitación que muestra el poder, permite alcanzar sus metas a los ciudadanos tal como ocurrió desde el año 2017 cuando, reclamando desde su domicilio y desde la plaza pública, fueron capaces de establecer el poder propio del ciudadano. Es la ciudadanía venezolana, la que reclama el referéndum revocatorio que, según la Constitución, no es un capricho sino un derecho, derecho que tendrá que aceptar el régimen socialista, militarista, aún con fusiles y plan de machete, como un derecho de la ciudadanía civil que está presta a solicitar y a lograr el cambio de poder político en Venezuela.
La ciudadanía tiene otra arquitectura para ejercer poder político, esa arquitectura está regida por las leyes, por la cultura política, por la noción de la libertad y el empleo de la ética para proteger la historia democrática de Venezuela República, y la más clara mayoría de sus habitantes. La ciudadanía comprende la importancia del Referéndum Revocatorio, como lo expresa el saber político, no obstante está dispuesto a mostrarse como un MOVIMIENTO POLÍTICO DE RENACIMIENTO NACIONAL, léase, la ciudadanía venezolana democrática que como masa social, con todo cuanto ello significa, apunta a alcanzar el poder. Alcanzar el poder de manera civilizada, para conducir el Estado-nación con dominio de la política, con conocimiento de la geopolítica y la geoestrategia, pero dentro de lo que establecen las leyes y lo que señala la norma politológica
La ciudadanía está consciente que el madurismo militarista es un adefesio, lleno de violencia y de trampas, en consecuencia afina su percepción para crear una masa máxima. Masa máxima que tenga fortaleza organizacional, liderazgo político pleno por parte de los venezolanos, mujeres y hombres ciertos que tengan clara noción de la necesidad del cambio político, con ello definir la variable tiempo de manera precisa. Ese momento será, entonces, el momento de la NUEVA CLASE POLÍTICA distante del partidismo, consciente del retraso de 20 años de militarismo perverso, brutal, primitivo, situaciones que demandan genio, asertividad histórica y decisión ciudadana.
La ciudadanía será capaz de diferenciar este llamado a referéndum revocatorio, que no produce cambio político y que está interferido e intervenido por el régimen, y un verdadero referéndum revocatorio que persiga un cambio de la ecuación política del país, con organizaciones capaces de entender que este país destrozado, que las mafias brutales y primitivas que aún creen en el partidismo, terminen por comprender que Venezuela no es un isla del Caribe. La ciudadanía está clara en el barrio, en los grupos de instituciones que son abarcados en los municipios, en las instituciones que rigen el Referéndum Revocatorio.
El Referéndum Revocatorio es sólo posible por una vía de aproximación política que apunte a un cambio político, con una nueva clase política que entienda esta gravísima crisis política y la intervención del elemento armado de la guerra psicológica, más la inmoralidad practicada por este régimen que persigue contener y detener al ciudadano acción. El ciudadano acción, el venezolano demócrata, está distante de la barbarie, distante del socialismo militarista y cercano a la organización política y a la demostración del coraje y de la participación de toda Venezuela para poder hacer el cambio político, que requiere la república
Es auténtico,
Dr. José Machillanda
Director CEPPRO-CSB
@JMachillandaP
Caracas, 26 de enero de 2021