La tormenta tropical Ana, de intensidad moderada, dejó cerca de 80 muertos a su paso por Madagascar, Mozambique y Malaui, además de desplazar a decenas de miles de personas y causar importantes destrozos materiales, informaron hoy las autoridades de estos países.
La que es la primera tormenta de la temporada de lluvias en la región se encuentra ahora en Malaui, donde la cifra nacional de muertos ascendió hoy a 19, después de que el comisionado del distrito de Chikwawa (sur), Ali Phiri, confirmara a Efe que 10 personas perdieron la vida en esta zona, la más afectada.
Esta cifra, sin embargo, podría aumentar, ya que los equipos de rescate y búsqueda siguen sus operaciones para identificar a más víctimas.
“Hemos tenido problemas para alcanzar muchas áreas afectadas porque las carreteras y los puentes han sido dañados o están bajo el agua, pero estamos tratando de verificar las informaciones sobre los desaparecidos”, dijo Phiri a Efe.
Según el último informe del Departamento de Gestión de Desastres (Dodma) malauí, publicado ayer, casi 217.000 personas (o más de 48.000 hogares) “se vieron afectadas” por las inundaciones, los fuertes vientos y las lluvias torrenciales de la tormenta.
El presidente del país, Lazarus Chakwera, declaró este miércoles todos los distritos sureños afectados por la tormenta como “zona de desastre”.
Antes de tocar Malaui, Ana pasó por Mozambique, donde la cifra de muertos asciende ya a 18 personas y más de 45.000 perdieron sus hogares, según informó hoy el Instituto Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres (INGD).
Con más de 100 milímetros de lluvias en 24 horas y vientos de entre 100 y 130 kilómetros por hora, la tormenta -que tocó tierra el lunes, 24 de enero- destruyó parcial o totalmente doce centros de salud y 346 aulas escolares.
“Los riesgos para la salud aumentan drásticamente después de un desastre como este, con la amenaza real de brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como la hepatitis o el cólera”, advirtió el equipo en Mozambique del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC).
Según declaró a Efe la portavoz de la organización para el sur de África, Robyn Lee Doyle, “las inundaciones tendrán un gran impacto en el acceso a agua limpia y a saneamiento”, mientras la destrucción de tierras agrícolas “conlleva una inseguridad alimentaria a largo plazo”.
La primera afectada por la tormenta fue la nación insular de Madagascar, donde Ana tocó tierra la noche del sábado al domingo pasados en su costa oriental.
Golpeado por fuertes lluvias y tormentas eléctricas desde el pasado 17 de enero, la cifra de muertos en ese país asciende ya a 41, según la Oficina de Riesgos y Desastres (BNGRC).
Mientras el sur de Madagascar padece desde hace un año su sequía más severa en las últimas cuatro décadas, las lluvias e inundaciones sacuden el centro y el norte, causando graves daños materiales.
Sobre todo la capital malgache, Antananarivo, sufrió importantes daños en sus infraestructuras, con el derrumbe de decenas de inmuebles y el corte de carreteras, así como la inundación de campos de cultivo de arroz y varios edificios públicos, incluido el Ministerio de Asuntos Exteriores y un centro destinado al tratamiento de la covid-19.
El sudeste sudafricano se vio golpeado en marzo de 2019 por el ciclón Idai, considerado el peor desastre natural de su historia reciente, que dejó un rastro de al menos 600 muertos en Mozambique, más de 340 en Zimbabue y al menos 56 en Malaui.
EFE