Muchos de nosotros no nos hemos rendido y muchos de nosotros tampoco hemos negociado, algunos sí lo han hecho, pero nosotros no. Venezuela, la de la diversidad, la demócrata, la justa, la que aspira a vivir en libertad está viva por ti y por mí. Sé que hemos sufrido decepciones, engaños, incluso traiciones severas de personas que jamás imaginamos que nos traicionarían, pero tú y yo, pese a todo, seguimos y seguiremos luchando.
Que se rindan y negocien otros, no importa, la Venezuela anhelada, libre de chavismo, prevalecerá porque vive en la conciencia de millones de venezolanos.
No es una emoción, es una convicción.
El sentimiento
Al margen del errático liderazgo político, de sus fracasos, decepciones y traiciones, existe una Venezuela ciudadana, profundamente popular, que desea crear, producir, desarrollarse y vivir en libertad. Esa Venezuela la representamos millones de venezolanos que somos mayoría y aunque algunos estamos repartidos por el mundo y otros viven en Venezuela tratando de desenvolverse en la jungla chavista, el sentimiento de vivir en un país libre impera.
Por ahora, el chavismo para salvarse juega al capitalismo, al libre mercado y a la dolarización, no les durará mucho tiempo porque el pueblo exigirá con ello más justicia y libertad.
La tiranía chavista jamás las concederá, están arrinconados.
La confianza
La dolarización de la moneda y el intento de apertura económica chavista, por cierto, muestra de su cinismo y falsificación socialistas (pero ese es otro tema), dan un impulso burbuja a la economía que tendrá sus límites que favorece a las élites y los millonarios, no a la mayoría de la población. Las “soluciones capitalistas” de la tiranía no serán jamás completas porque para que haya libre mercado y capitalismo, emprendimiento y productividad, es necesaria por sobre todas las cosas “confianza” y esa jamás existirá.
Entre criminales, y los chavistas lo son sin excepción de la peor calaña, jamás hay confianza, son ladrones, asesinos, corruptos, nunca cambiarán.
No tardarán en acosar, robar o aniquilar al emprendedor.
La historia
Lo que no logró el liderazgo político opositor, lo logrará el intento de apertura económica. Cuando los trabajadores exijan mejores condiciones laborales, cuando los empresarios exijan seguridad jurídica, pero sobre todo, cuando los asaltantes de barrio comiencen a hurtar el fruto del trabajo productivo de los venezolanos, alguno –incluso posiblemente chavista– en defensa de lo suyo dará el inesperado y urgido golpe de timón y colgará en la plaza pública a los tiranos.
La historia de la humanidad no se equivoca. Han caído imperios, monarquías, tiranías, dictaduras, caerá el chavismo.
El peor enemigo del socialismo es el emprendimiento individual.
El cinismo
El modelo chino no aplica en Venezuela por razones históricas, culturales, raciales y filosóficas. Son dos cosmogonías absolutamente diferentes. Además, los chavistas, insisto, son todos criminales, asaltantes de alcantarilla. Ninguno tiene el más remoto sentido de la justicia o la libertad. En China, pese a ser una dictadura, quienes la componen tienen al menos una remota idea de humanidad; en Venezuela, Maduro y sus secuaces son el cinismo encarnado.
Pensar que con los chavistas en el poder el país tiene posibilidades de justicia y desarrollo es autoengañarse, la crueldad pronto tocará a sus puertas.
Claro, siempre habrá quien prefiera vivir como esclavos.
La oportunidad
Los que no nos hemos rendido, los que no hemos negociado, los que jamás traicionaremos a Venezuela, tenemos en el 2022 una oportunidad única para desafiar y socavar al chavismo, que está en fase de autodestrucción (lo que Maduro y Rodríguez le hicieron a los Chávez es la mejor muestra). Lo primero es mantener la crítica consciente y realista del horror social (hambre, enfermedad, etc.) que vive la mayoría de la población; lo segundo, atacar a la tiranía abierta o encubiertamente y sin clemencia. No dejarlos respirar.
Recurrir al libre mercado y a la dolarización es una muestra de debilidad, están arrinconados como muchos tiranos en la historia, la nueva burguesía los aniquilará.
Es una inevitable realidad histórica, lo veremos…