El 4F de 1992: Génesis de una tragedia, por José Guerra

El 4F de 1992: Génesis de una tragedia, por José Guerra

Quienes dirigieron el sangriento intento de golpe de Estado el 4 de febrero de 1992 lo hicieron bajo dos argumentos fundamentales: que el gobierno de CAP era corrupto y que la situación social del pueblo era insoportable. Después de girar en torno al fascismo de Norberto Ceresole, adoptaron el socialismo, en su versión marxista-leninista-estalinista, y plantearon que ese sistema era el que había que seguir en Venezuela, al estilo de lo hecho en Cuba. Fueron liberados tras pocos meses en la cárcel y con todas las garantías electorales, conformaron y legalizaron un partido político y en buena lid ganaron las elecciones en diciembre de 1998. Las mismas garantías que ellos ahora en el poder le niegan a la oposición.

De la mano de Hugo Chávez comenzaron a gobernar el 2 de febrero de 1999 y hasta 2012 disfrutaron del mayor auge de los precios petroleros que haya conocido Venezuela en toda su historia y además con un apoyo político y social extraordinario. Luego de treinta (30) años de la sedición del 4 de febrero y veinte y tres (23) en el poder, la situación de la Venezuela que han gobernado Chávez y Maduro es infinitamente peor que aquella de febrero de 1992. El chavismo-madurismo en el poder acabó con lo bueno que había y exacerbó lo malo de aquella Venezuela. Como resulta inútil discutir con gente fanatizada y enceguecida por una ideología, que más que ideología es una religión, acá van datos sobre lo que han hecho quienes han gobernado desde 1999. La base de comparación es 1998, el año previo al ascenso al poder, que no fue de los mejores que tuvo Venezuela.

Entre 1999 y 2021 recibieron más de un billón de dólares por ingresos petroleros, cifra astronómica que hubiesen sido suficientes para resolver el drama social que padecían los venezolanos, si se hubieran administrado bien. Pero no fue así. En 1998 Venezuela produjo 3.288.000 barriles de petróleo diarios y en 2021 la producción alcanzó a 638.000 barriles diarios, una caída acumulada de 80%. Pero para que no digan que eso fue por las sanciones, tomemos la producción de 2012, la cual alcanzó a 2.359.000 barriles diarios, en este caso la caída fue de 28%. El chavismo destruyó la industria petrolera, hasta el punto hay que importar gasolina. Caldera dejó el gobierno con US$ 14.849 millones en reservas en el BCV. Al cierre de 2021 esas reservas se ubicaron en la exigua cifra de US$ 5.914 millones. La deuda externa que en 1998 se situó en 32.800 millones, para 2021 saltó a aproximadamente US$120.000. Se tragaron la renta petrolera presente e hipotecaron la renta futura.

El bolívar como moneda fue destruido por la inflación. El aumento promedio anual de los precios entre 1999 y 2021 fue 204% y de esta manera el tipo de cambio del bolívar respecto al dólar pasó en 1998 de Bs/US$ 510 a Bs/US$ 49.000.000.000.000 en 2021, al agregarle los catorce ceros (14) de las tres reconversiones monetarias. La economía cayó 3,8% promedio anual durante ese período. Como consecuencia de todo ello, el ingreso por habitante declinó desde US$ 3.930 por persona en 1998 hasta US$ 1.100 por persona en 2021 y la pobreza que en 1998 era de 31,3% según el método de la línea de pobreza, en 2021 se situó en 90%. Por último, el salario mínimo mensual se desplomó desde US$ 337 en 1998 a US$ 2,40 mensuales en 2021. En materia de corrupción, Venezuela ocupa un lugar deshonrosamente prominente entre las naciones más afectada por ese flagelo, para no mencionar al narcotráfico. El chavismo, como modelo político y económico, fracasó rotundamente, aunque siendo minoría por ahora se mantenga en el poder.

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