Rafat Al-Qarawi fue detenido en 2006 por estar relacionado con actividades terroristas durante la Segunda Intifada contra Israel y, tras ser juzgado, fue condenado a quince años de prisión. Una larga temporada entre rejas que le dificultaría llevar a cabo su mayor sueño: convertirse en padre.
Por: Clarín
Durante su condena entre rejas, Rafat no podía salir de la cárcel ni recibir visitas íntimas, un hecho que imposibilitaba su sueño de convertirse en padre. Sin embargo, gracias al ingenio y al contrabando de su propio semen, el hombre consiguió tener cuatro hijos biológicos con su esposa sin intimar durante 15 años.
Contrabando de semen
“Sacamos el esperma de contrabando a través de la cantina. El prisionero palestino da a su familia cinco artículos en una bolsa. Es como ir a un supermercado y querer dar algo a tu familia, un regalo, caramelos, galletas, jugo, miel, lo que quieras”, confesaba Al-Qarawi a los medios locales.
Rafat metía la muestra en bolsas que envolvía de una manera determinada y las marcaba y ataba con cuerdas tal y como les había dicho a la familia durante la visita anterior. Estas bolsas eran supuestamente reselladas, por lo que era imposible que los guardias se dieran cuenta de que habían sido manipuladas.
“La que viene a recibir la muestra es tu madre o tu mujer. Por supuesto, todos llevan su nombre escrito en la bolsa. La familia sale de la prisión con la bolsa y va al Centro Médico Razan para la inseminación”, confesó el hombre.
Recogiendo los testimonios de otros presos en el pasado, el Palestinian Media Watch asegura que hay más de 100 niños que se han engendrado de este modo.
Sin embargo, la comunidad médica no tiene clara la veracidad de las declaraciones ya que, según aseguran, el esperma solo dura unos segundos o pocos minutos fuera del cuerpo humano, por lo que es prácticamente imposible que pudiera llegar en perfecto estado a la clínica de inseminación.