Había soñado con fotografiar osos polares durante mucho tiempo. Hace algún tiempo es mi hobby, la fotografía de vida salvaje, dejó de ser solo un hobby y se convirtió en gran parte de mi vida. Y si dedicas tanto tiempo a una actividad entonces tus metas deben ser ambiciosas. Sobre todo me gusta tomar fotografías de grandes animales marinos, ya sea en tierra o bajo el agua. No todo el mundo lo sabe, pero los zoólogos clasifican a los osos polares como mamíferos marinos, ya que pasan la mayor parte de su tiempo sobre témpanos de hielo lejos de la tierra. Y sus patas incluso tienen membranas.
Por The Guardian
Traducción libre de lapatilla.com
Solo hay unos pocos lugares en el planeta donde los osos polares se pueden encontrar en grandes cantidades. Uno de ellos es la isla Wrangel de Rusia, una reserva natural bajo la protección de la Unesco que a menudo se llama sala de maternidad de osos polares. El lugar es muy inaccesible, lo que puede ser malo para los turistas pero es excelente para los animales.
Un día se esperaba mal tiempo y el capitán se acercó a una pequeña isla, Kolyuchin, para resguardarse de la tormenta. Kolyuchin es conocido por la estación meteorológica polar que operaba allí en la época soviética. Aunque la estación se cerró en 1992, el pueblo abandonado sigue en pie en la isla.
El viento tormentoso y la lluvia y los edificios abandonados en las costas rocosas sirvieron para que todo lo que sucedía pareciera surrealista. De repente notamos movimiento en las ventanas de las casas.
Alguien sacó unos binoculares y vimos cabezas de osos polares. Niebla, un lugar abandonado por la gente durante mucho tiempo y osos polares: era el escenario perfecto.
Los osos caminaban por las casas y entre los barriles que quedaron en la isla hace mucho tiempo. Había alrededor de 20 animales a la vista al mismo tiempo, en su mayoría machos. Las hembras se mantuvieron a un lado con sus cachorros, más cerca de las costas de la isla. Los barriles son un problema bien conocido en el Ártico ruso. En los días de la URSS, el combustible se entregaba a la estación en ellos, pero era muy costoso recuperar los barriles, por lo que simplemente se desechaban.
Era demasiado peligroso aterrizar en la isla ese día, así que tomé fotografías desde un dron equipado con hélices especiales de bajo ruido. También usé ciertos trucos del oficio que me permitieron disparar a los animales sin molestarlos. Después de un tiempo, los osos prácticamente ignoraron el zumbido inusual.