Muchos de los casi dos millones de desplazados residentes en el último bastión opositor en el noroeste de Siria hacen frente al frío del invierno cobijados bajo una fina lona que les deja vulnerables a problemas médicos como el que esta semana se cobró la vida de la bebé Fátima.
Su padre, Mohamed al Hasan, explicó este miércoles a Efe que la niña no presentaba ninguna anomalía cuando se acostaron aquella noche en su tienda de campaña cercana a la aldea de Harbanoush, en la provincia de Idlib, donde la tragedia tocó a la puerta apenas una hora después.
“Mi madre me despertó y me dijo que la niña estaba sangrando por la boca”, recordó el joven de 24 años, al insistir en que hasta ese momento la bebé “no estaba enferma, estaba normal y no tenía nada en absoluto”.
Mohamed llevó a su hija de una semana de vida al Hospital Al Rahman, pero los médicos no pudieron salvarla del súbito golpe que las bajas temperaturas habían asestado a sus pequeños pulmones.
“El doctor nos preguntó si la estábamos abrigando bien, le dijimos lo que pasó y que sí la estábamos abrigando, pero que él mismo podía ver su ropa”, lamentó el hombre.
El director del Hospital Al Rahman, Mazen al Talawi, confirmó la recepción de una bebé de siete días que falleció a causa del “frío severo”, en concreto tras sufrir una bronquitis y una hemorragia pulmonar.
Una segunda paciente de dos meses pereció también recientemente debido a la climatología, agregó.
De acuerdo con Al Talawi, al fuerte descenso de las temperaturas registrado desde el pasado enero se le suma una propagación de la bronquitis en la zona, debido en parte a la saturación de los servicios sanitarios “porque algunos hospitales han estado fuera de servicio”.
Más de la mitad de la población de Idlib, el último bastión opositor del país, son personas desplazadas por la guerra, muchas de las cuales viven hacinadas en campamentos sin acceso a materiales para calentarse, ropa de abrigo o un techo resistente a los desastres meteorológicos.
Desde mediados del mes pasado, la región ha sido azotada por nevadas, lluvias torrenciales y una ola de frío que han sepultado o dañado tiendas de campaña en varios de estos campos.
“Las personas desplazadas en el noroeste de Siria todavía están lidiando con las consecuencias de las tormentas de nieve y la meteorología severa que han golpeado muchos de los campos en las últimas dos semanas”, denunció hace dos días el vicecoordinador humanitario de la ONU para la Crisis en Siria, Mark Cutts.
EFE