No estamos en un mal momento, no es tan bueno como cuando se cometió el oscurísimo error de Noruega, pero tampoco tan malo como a finales de 2018. A diferencia de muchos opinadores, a mí no me sorprende que sigamos animados y perfilados a seguir luchando por nuestro sueño de libertad. Las derrotas han sido tan duras como las oportunidades perdidas. Pero la sociedad sigue firme. No nos hemos rendido.
Sin embargo, no podemos seguir alargando la agonía, tenemos que finalizar la tragedia incluso pese a los fatales errores de la dirigencia política.
¿Lo podremos lograr?
Honor a los caídos y sus fracasos
Pienso que la dirigencia media de los partidos de oposición debe dar un giro al timón de la conducción política. Deben retar a la antigua dirigencia por más fundadora que esta sea. Pienso que muchos de ellos –la antigua dirigencia– dieron lo mejor de sí, pero fracasaron. Muchos de ellos disfrutan merecidamente con su familia en el exilio, lo merecen, ha sido mucho el sacrificio y el padecimiento. Hay que honrar su esfuerzo, pero al mismo tiempo desechar su liderazgo.
En guerras como la nuestra, muchos caen conmovedoramente en el camino. La vieja dirigencia de los partidos ha caído. Coloquemos su fallido esfuerzo en el museo de nuestra memoria.
Urge renovación.
Liderar por whataspp
Las bases políticas de los partidos y su dirigencia media deben exigir elecciones internas para dejar la parálisis. En gran medida estamos estancados porque gran parte del viejo liderazgo está viviendo su propia vida en el exilio, pretendiendo liderar un país por whatsapp o por twitter. Eso es un autoengaño. Además, la mayoría, para poder sobrevivir en el destierro tienen que trabajar, buscar el sustento de la familia. Poner el destino del país en sus ocupadas manos nos aleja de la libertad.
Por otro lado, hay dirigentes que pese a estar en el país están absolutamente entregados. Se han sometido sin decoro al chavismo. Prefiero no hablar de las traiciones.
Necesitamos renovar la oposición.
Oposición organizada a la oposición fracasada
El secreto de la lucha está en la organización, en este momento nadie le está prestando la atención requerida a ese vital punto. Si se logran elecciones internas (hay que exigirlas, pelearlas, conquistarlas) los nuevos liderazgos de la oposición deberán organizar sus bases. El gran fallo ha sido intentar hacer política desde whatsapp, insisto. Todo el esfuerzo debe enfocarse en organizar la rebelión de la manera convencional. ¡Sí, organizarla! Son muchas las dificultades para hacerlo, pero otros pueblos y otras naciones lo han logrado en peores condiciones que la nuestra.
Reitero: no estamos en un mal momento. El mundo detesta al chavismo, hasta la izquierda siente asco por él. Están tan acorralados que hasta capitalistas ansían ser.
Si nos organizamos para la rebelión esto se acaba.
Dejar la parálisis
El presidente Juan Guaidó debe personalmente enfocarse en organizar. Ya tiene un lugar en la historia enfrentando al chavismo, será aún mucho mayor e inédito su espacio si nos libera de él. Si el chavismo lo encarcela no sólo se activará la presión mundial, será un inspirador mártir para muchos, una excusa perfecta para que el mundo actúe. La moral, la magia, la fuerza espiritual que se necesita para encender la llama de la libertad podría encenderse si le ocurriese algo a Guaidó. Por lo tanto, puede arriesgar más, no sólo pronunciarse por twitter, organizar para luchar.
Sigo pensando que este es un año definitivo, pero debemos dejar la parálisis, cambiar nuestra mentalidad, cambiar los partidos, organizar la rebelión. Ser más y mejor oposición.
Y unirnos…, sí, unirnos los que pensamos igual.
La noticia: ya empezamos.