La corriente de turistas rusos que está ingresando desde el año pasado a Margarita, no ha llenado las expectativas de los comerciantes ni los prestadores de servicios turísticos de la Isla.
Por Dexcy Guédez La Patilla
Un recorrido por los centros comerciales deja ver claramente que los llevan de visita y solamente ven en las vitrinas pero muy pocos entran a comprar.
Los comerciantes afirman que solamente los que venden suvenires, pueden tener la suerte “de sacarle unos pocos dólares a esos turistas”.
Ana Lárez, encargada de una tienda en uno de los principales centros comerciales del Este de Margarita, aseguró que todo les parece caro.
“No les gusta gastar y hasta piden rebajas”, acotó.
Los jóvenes que atienden un bodegón de Juan Griego, aseguraron que cuando los sacan de los hoteles en los que están hospedados, solamente compran rones añejos, pero ninguno que sobrepase los diez dólares.
“Ellos no miran para donde están los whiskys caros. Cuando más los rones de mejor calidad, pero dejan ver que les parecen costosos. Siempre se los llevan pero por lo menos dos de ellos reúnen para comprar una botella”, dijo un vendedor que solamente quiso identificarse como “Chucho”.
El gerente de un hospedaje de categoría media en la ciudad crepuscular de Margarita, quien obviamente no quiso identificarse, se quejó porque solamente los hoteles escogidos por la operadora que trae a los turistas moscovitas se están beneficiando.
“Nos hicieron saber que poco a poco irían incorporando a la lista a otros hoteles y ya van varios meses y solamente cinco de ellos reciben a los turistas rusos”, lamentó.
Los artesanos que venden sus creaciones en las orillas de las playas como El Agua, Guacuco y Parguito, coinciden en que los rusos compran poco y cuando lo hacen tienen que darles descuento.
“Lo único que saben es chillar cuando le damos los precios. A veces salgo perdiendo o la ganancia es mínima”, confirmó Nicolás Obando en las costas de playa Guacuco.
Comerciantes y prestadores de servicios turísticos de Margarita, coinciden en que las operadoras deben explorar con otros targets de turistas para ver si cambia la situación y puedan beneficiarse más personas o empresas con esa corriente de visitantes extranjeros.