Las autoridades elevaron este miércoles a 80 muertos el balance por el ciclón Batsirai en Madagascar, aunque alertaron que estas cifras pueden empeorar porque algunas zonas siguen estando incomunicadas.
La Oficina Nacional de Gestión de Riesgos y Catástrofes, que recopila los datos enviados desde las regiones afectadas, especialmente en la orilla oriental de esta isla, anunció que el número de víctimas pasó de 30 a 80, 60 de los cuales ocurrieron en el distrito de Ikongo, precisamente en esta zona.
“Es la hecatombe”, dijo el diputado del distrito, Brunelle Razafintsiandrofa, precisando que “la mayor parte de las víctimas murieron por el derrumbe de sus casas”.
Según las autoridades, más de 94.000 personas se vieron afectadas y casi 60.000 desplazadas en el país. Numerosas oenegés y agencias de la ONU empiezan a desplegar recursos y equipos.
El ciclón tropical se adentró en Madagascar en la noche del sábado al domingo, por una franja costera de 150 km de largo poco poblada y agrícola, antes de desplazarse hacia el centro de la isla, destrozando sus arrozales y haciendo temer una crisis humanitaria.
El fenómeno climático dejó la isla el lunes por la mañana, y afortunadamente la capital, Antananarivo, y el principal puerto del país, Tamatave, en el nordeste, no se vieron afectados por las tormentas.
Pero Batsirai dejó un reguero de casas destruidas o inundadas, centros médicos y escuelas arrasadas y una veintena de carreteras y 17 puentes impracticables.
“Los arrozales están dañados, las cosechas de arroz perdidas. Es la principal cultura de los malgaches y su seguridad alimentaria estará gravemente afectada en los próximos tres a seis meses si no actuamos rápidamente”, dijo Pasqualina DiSirio, directora del Programa Alimentario Mundial (PAM) en el país, uno de los más pobres del planeta.
AFP