Mientras que la Guardia Costera de Trinidad y Tobago (TTCG) enfrenta una creciente presión pública y un intenso escrutinio de los medios internacionales por la muerte a tiros de Yaelvis Santoyo, bebé de un año, el sábado pasado, elementos criminales infames han prometido tomar represalias por la muerte del niño, obligando al TTCG a elevar su nivel de amenaza.
Fuentes superiores de la guardia costera de inteligencia y otras fuentes de inteligencia confirmaron que el pasado martes se llevó a cabo una reunión de seguridad de alto nivel, luego de recibir información sobre la amenaza relacionada con el incidente del domingo.
A la luz de la amenaza, se envió un correo electrónico titulado “Nivel de amenaza elevado” a varios departamentos de la guardia costera que Guardian Media obtuvo exclusivamente que decía: “Tenga en cuenta que la amenaza impuesta contra la Guardia Costera ha sido elevada. Como tal, TODOS los oficiales y marineros deben ejercer sumo cuidado y atención durante la ejecución de sus funciones. Además, debe estar al tanto de su entorno personal y se le recomienda encarecidamente que no use uniforme cuando no esté en servicio real y en público”.
“Elementos del hampa de Venezuela y otros han enviado amenazas después del tiroteo”, reveló una fuente de inteligencia.
Guardian Media también entiende que una amenaza específica fue enviada directamente a un alto oficial de la guardia costera por alguien bien conectado en Venezuela.
Tres fuentes de inteligencia separadas confirmaron que esta amenaza específica se envió a través de las redes sociales. La persona le dijo al oficial que sabían quién era y que podían localizarlo y también lo llamaron “asesino de bebés”.
Guardian Media envió mensajes de texto y dejó un mensaje de voz para el ministro de Seguridad Nacional, Fitzgerald Hinds, sobre si estaba al tanto de las amenazas de la guardia costera elevada y si tenía algún comentario. Sin embargo, no respondió hasta el cierre de esta edición.
La madre del bebé también resultó herida cuando los guardacostas abrieron fuego el fin de semana pasado contra la embarcación en la que viajaban con otros migrantes, un total de 17 adultos y 10 niños, según los últimos datos.
La mujer se encuentra actualmente hospitalizada pero ya fuera de la unidad de cuidados intensivos.
La Guardia Costera trinitense explicó que abrió fuego contra la embarcación en la que viajaban en un intento de detener a los migrantes y en “defensa propia”, alegando que habían intentado “embestirlos”.
Este hecho despertó numerosas críticas tanto de organizaciones humanitarias como del exilio venezolano, pero también dentro de Trinidad y Tobago, donde la líder de la oposición Kamla Persad-Bissessar reprendió a la Guardia Costera y calificó lo sucedido de asesinato.
Ante la controversia despertada, el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, respondió ayer que la muerte del bebé fue “un accidente”, al tiempo que defendió el trabajo de los guardacostas.
La Policía y la Guardia Costera de Trinidad y Tobago han puesto en marcha dos investigaciones paralelas para aclarar las circunstancias de la muerte.
Con información de Guardian Media y EFE // Traducción libre al castellano por lapatilla.com