Es una de las actrices más sólidas en la complicada industria de Hollywood. Desde que comenzó su carrera, Jennifer Aniston no paró de trabajar y acumular millones de dólares. Como de pequeña supo que lo suyo serían las pantallas, se preparó en la academia de Steiner, donde también se interesó por la pintura, pero para entrar a jugar en las grandes ligas, esta californiana de sonrisa eterna desarrolló sus estudios de interpretación en la New York’s High School of the Performing Arts. Sus primeros papeles llegaron a fines de los ‘80 con las series de televisión Molloy o The Edge. Su incursión en la gran pantalla se inició con Leprechaun. La Noche Del Duende, en 1993, un film de terror dirigido por Mark Jones.
Por infobae.com
Pero el gran éxito de su vida llegó un año después, en 1994, cuando fue elegida para protagonizar Friends, la serie que revolucionó la televisión del planeta. Con su personaje de Rachel Green fue varias veces nominada a los premios Emmy.
A su vez, The Morning Show también le dio muchas satisfacciones ya que Aniston se alzó con un premio Sag Awards por su actuación en la serie. Y en la película Cake: una razón para vivir mostró su costado más dramático con una destacada interpretación.
Tras 18 años del capítulo final de Friends, los actores de la popular y exitosa serie se reencontraron en una edición especial que millones de seguidores esperaban con ansias: Friends The Runion, una suerte de documental de HBO Max en el que primó el humor, pero también pasó por la ternura de esos seis amigos que interpretaron al grupo más famosos de la televisión global durante una década.
Joey (Matt LeBlanc), Rachel (Jennifer Aniston), Ross (David Schwimmer), Phoebe (Lisa Kudrow), Monica (Courtney Cox) y Chandler (Matthew Perry) volvieron a poner sus pies en el emblemático set de Los Ángeles de la mano del presentador británico James Corden.
El reencuentro en la pantalla fue algo más que un capítulo: los protagonistas charlaron entre ellos y el presentador, de donde emergió uno de los secretos mejores guardados por el grupo. “Es imposible no darse cuenta de que todos erais jóvenes, guapos y exitosos actores. Para mí es inconcebible que no hubiera, quizá, romances fuera de la pantalla”, sorprendió Corden, aludiendo al saber popular de que el amor traspasa la pantalla.
La cámara enfocó a Jennifer Aniston, que buscó una mirada cómplice en David Schwimmer, su novio en la emblemática serie. “Ehhh. bueno. Quiero decir… David”, alcanzó a decir la actriz mientras le daba la palabra a su compañero. “En la primera temporada tuve un gran enamoramiento por ‘Jenn’”, señaló Schwimmer. “Era recíproco”, no dudó Aniston. Y el actor siguió con el relato: “En un momento los dos tuvimos un importante enamoramiento, pero éramos como dos barcos que pasaban en sentido contrario. Siempre uno de los dos estaba en una relación y nunca cruzamos ese límite”.
“Recuerdo haberle dicho una vez a David: ‘Sería tan bluff que la primera vez que tú y yo nos besáramos de verdad sea en la televisión nacional’”. Y como una premonición, “la primera vez que nos besamos fue en esa cafetería. Pero canalizamos todo ese amor en Ross y Rachel”, confesó la rubia. “¿Cómo es posible que nadie supiera que nos gustábamos?”, preguntó Schwimmer a sus colegas. “Oh, lo sabíamos. Por supuesto”, respondieron a carcajadas.
Sus amores y la maternidad
En 2000 se casó con el actor Brad Pitt. La unión de los famosos duró un lustro. Y a pesar de haber tenido un divorcio con ribetes de escándalo por los rumores de infidelidad de su marido con Angelina Jolie, Jennifer perdonó a su ex por sus desafortunados dichos a la revista Parade en 2011, donde señaló que se separó de Aniston porque se había aburrido de la relación. Un poco lento de reflejos, recién en 2016 se disculpó con ella y cuatro años después hizo públicas sus disculpas. Durante una entrevista en The Howard Stern Show, donde participó junto a sus amigas Courtney Cox y Lisa Kudrow, la actriz aseguró que hoy es una buena amiga de su exmarido.
Desde su divorcio con Pitt, Aniston se vio interpelada y presionada por no haber tenido hijos. “La gente ciertamente se proyecta sobre ti, pero mi trabajo es decir: ‘Escucha, te mostraré de lo que soy capaz y tú decides si quieres enterarte’. Entonces desapareces tanto como puedas, te diviertes, asumes estas cosas raras, no te importa, te diviertes, recuerdas que tienes un grupo maravilloso de amigos y tu vida es bendecida y haces lo mejor que puedes”, confesó, harta, al The Hollywood Reporter.
Lo mismo le ocurrió durante su segundo matrimonio con Justin Theroux, que tan solo duró de 2015 a 2017, así como con sus noviazgos con John Mayer y Vince Vaughn. “Existe una presión sobre las mujeres para que seamos madres y si no lo somos, nos llaman mercancía defectuosa. Quizá mi propósito en este planeta no es procrear. ¿Quizá hay otras cosas que quiero hacer?”, ironizó en el magazine Instyle. Por esos años se la veía realmente molesta por el tema que ya se había tornado demasiado recurrente. “Tengo un trabajo genial. Tengo una familia genial. Tengo amigos geniales. No tengo razones para sentirme de otra manera (…) Lo que determina la felicidad en la vida de alguien no es el ideal que se creó en los años 50. Ese relato no lo escuchas para los hombres. Esto es parte del machismo, siempre la mujer es la despreciada, la desconsolada y la solterona. Nunca es lo contrario”, señaló, enojada, en la revista Elle.
Cuando Jennifer se estaba por casar con Brad Pitt, se ocupó de llamar a su madre para prohibirle el ingreso a su boda. Tuvieron un enfrentamiento hasta la muerte de Nancy Dow, en 2016, aunque su hija estuvo a su lado hasta su partida, pero nunca se pudo reconstruir el vínculo. Por su parte, el coronavirus fue la excusa para que Jennifer y su padre tuvieran un acercamiento después de tantos años. “Jen perdonó a su padre por haberse marchado hace mucho tiempo. Pero su relación ha tenido altibajos -dijo una persona allegada The Mail on Sunday-. Es como si Jennifer se hubiera dado cuenta de que la vida es muy corta y que quiere que su relación con John vaya lo mejor posible. Él está encantado”.
Solidaridad en pandemia
Todo el planeta sufrió en carne propia los desafíos de atravesar una pandemia. Jennifer Aniston no fue la excepción, aunque cumplió a rajatablas su cuarentena estricta junto a su perro, al que volvió famoso en su cuenta de Instagram, en la que cuenta con más de 31 millones de seguidores. Impresionada por el denodado trabajo del personal de salud ante el Covid19, Aniston decidió regalarle 10.000 dólares en comida de delivery a una enfermera infectada.
Según pudo verse en el programa de Jimmy Kimmel, la estrella de Hollywood quiso contactarse con Kimball Fairbanks. En principio, quería agradecerle el trabajo que hacía en medio de la pandemia. Madre de dos niñas, Fairbanks confesó que el virus la hizo sentir “como atropellada por un camión”. Emocionada, Aniston dijo: “Solo puedo decir que Dios bendiga a todos los que están ahí, afuera, haciendo lo que están haciendo. Ni siquiera sé cómo expresar mi gratitud por todo lo que están haciendo, ponen en riesgo su salud. ¡Son fenomenales- se expresó la actriz-. Recibirás una tarjeta de regalo por un valor de 10.000 dólares”, comunicó y agregó que el resto de las compañeras de planta del hospital donde trabaja Fairbanks también recibirán las mismas tarjetas.
Cuando alcanzar la cima no nubla la realidad de otras personas que no la están pasando bien. Su costado solidario también cuenta a la hora de mostrar sus grandes logros.