La delegación talibán que hoy finaliza una semana de conversaciones a puerta cerrada en Ginebra con ONG y organizaciones internacionales ha expresado su deseo de que con esta salida al exterior, una de las primeras del aislado régimen, logren convencer a los actores humanitarios para que den su apoyo a Afganistán, según dijo a Efe Faisal Jalaly, portavoz de Exteriores del actual gobierno afgano.
“Hemos venido para mostrar que estamos con las organizaciones humanitarias internacionales, para garantizarles que les daremos seguridad”, manifestó Jalaly.
El portavoz aclaró que la visita, organizada por la ONG Geneva Call, tiene fines meramente humanitarios y no políticos: “No venimos a discutir el reconocimiento internacional de Afganistán, que fue materia de las recientes reuniones en Oslo”, aseguró.
Pero en Ginebra no sólo han tenido encuentros con Geneva Call, especializada en tratar con grupos armados para hacerles respetar el derecho internacional, sino también con responsables de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) e incluso del Gobierno suizo, en este caso con funcionarios de nivel inferior, dado que Berna no reconoce a los talibanes como el gobierno legítimo de Afganistán.
La delegación liderada por el ministro de Salud talibán, Qalandar Ebad, ha expresado su voluntad de “disponer las mejores medidas de seguridad posibles para que las organizaciones (de ayuda) puedan venir a Afganistán”, subrayó Jalaly.
Afganistán vive una grave crisis humanitaria agravada por décadas de conflicto, la pandemia de covid y una grave sequía, aunque según el portavoz “con el apoyo del resto del mundo todo se puede solucionar y acabar con este periodo difícil”.
También aseguró que el gobierno talibán actual difiere mucho del que controlaba el país hace veinte años, antes de la intervención militar estadounidense: “Entonces había una guerra civil y ahora todo es muy diferente, pronto las escuelas reabrirán, también las universidades, y los medios de comunicación pueden verlo”.
Por su parte, el director general de Geneva Call, Alain Délétroz, declaró a Efe que la semana de conversaciones con los talibanes ha sido “muy intensa” y ha culminado con la firma de una declaración en la que la delegación se comprometió entre otras cosas a sostener el sistema de salud del país y a su personal “sean hombres o mujeres”.
También prometieron en la declaración impulsar la retirada de minas antipersona en el país y a dejar trabajar a todas las organizaciones humanitarias que quieran actuar en Afganistán.
“Está claro que están preocupados por tener un reconocimiento internacional, pero dejamos muy claro que no podemos hablar de ello porque no somos un Estado, sino una organización humanitaria”, insistió Délétroz.
Es la primera vez desde la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021 que visitan Ginebra, ciudad sede de numerosas organizaciones internacionales y habitual escenario de negociaciones de paz en conflictos.
“A pesar de no estar reconocidos como el gobierno oficial están sentados de facto en el poder y por ello tienen obligaciones y han de saber cómo implementarlas”, aseguró el máximo responsable de la ONG, que en más de dos décadas de labor ha firmado compromisos humanitarios con unos 70 grupos armados de todo el mundo.
La visita de la delegación talibán a Ginebra, que se ha llevado con cierta discreción, ha generado protestas de la comunidad afgana en Suiza, que hoy se dio cita frente a la sede de la ONU en la ciudad ginebrina para manifestar su rechazo a la presencia de delegados del régimen.
“Invitar a los talibanes a Suiza significa desmotivar a los que están luchando contra ellos en Afganistán”, subrayó una de las manifestantes.
“Tememos que los países occidentales, empezando por los estadounidenses, estén preparando poco a poco el terreno para reconocer el régimen terrorista talibán”, afirmó otro de los manifestantes, huido de Afganistán hace 30 años.
EFE