La protagonista del meme conocido como disaster girl, Zoë Roth (21), vendió la foto viral que le tomó su padre, en la que aparece ella de niña sonriendo en primer plano mientras una casa se incendia a sus espaldas, en 500.000 dólares. Sí, vendió su meme en internet, pero no cualquier meme, sino uno único e irreplicable certificado en blockchain. Podemos subestimar al comprador y desestimar esta noticia por su aparente sinsentido, o tratar de entender qué más hay detrás del furor por los llamados NFT.
Por La Nación
Antes de adentrarnos en ese mundo, pensemos una mamushka de tecnologías para llegar a ellos. Tenemos a la llamada Web3, que es la promesa de descentralización de internet, hoy enfocada en las grandes plataforma de redes sociales (nombrada como Web2 o internet de plataformas), donde ocurre buena parte de nuestra vida online. En esta iniciativa es que asoma la blockchain, una base de datos distribuida en miles de nodos donde es posible la blockchain de Ethereum, en donde los NFT se publican. El término en la jerga es que se mintean, del verbo en inglés mint, acuñar. Los NFT son una especie de certificados digitales que dicen que eso que está alojado en la blockchain nos pertenece. Tiene una serie de metadatos que garantizan su unicidad, indivisibilidad y trazabilidad.
Entonces, ¿qué puede ser un NFT? Repasemos algunas de las noticias de las últimas semanas. En el reciente Grand Slam de Australia, los fans accedieron a comprar puntos importantes del partido. El Australian Open (AO) creó un mercado llamado AO Art Ball, basado sobre una colección de 6776 pelotitas en NFT puestas a subasta en la plataforma Open Sea, gran marketplace global de NFT. Julian Lennon, hijo del Beatle, anunció en Twitter una subasta de NFT de algunos de los objetos más raros su colección personal. Él se quedará con el objeto físico, pero ofrece los “gemelos virtuales” de las notas que Paul McCartney tomó para componer Hey Jude, la capa negra que John Lennon lucía en la película Help!, certificados criptográficos de tres guitarras Gibson propiedad de Lennon, y el abrigo que vistió su padre para el film Magical Mystery Tour con valores de entre 4 y 30.000 dólares, para empezar la puja virtual. ¿Y Messi? Obvio que tiene su Messiverse, donde despliega su mundo de NFT, como Cristiano Ronaldo y decenas de deportistas de las principales disciplinas. Los fan tokens ya están presentes en casi cuarenta clubes de fútbol, entre ellos, Barcelona y Atlético Madrid. Al poseer estos activos digitales a través de la app, los aficionados obtienen ciertos derechos en la toma de decisiones e interacciones con sus equipos.
Ahora, si a alguien le sobró un vuelto, puede invertirlo en SuperRare, Nifty Gateway o en Decentraland, una especie de Second Life 3.0, creación de los desarrolladores argentinos Esteban Ordano y Ariel Meilich. Allí, en noviembre pasado se vendió una parcela en Fashion Street Estate, por 3,5 millones de dólares o 618,000 MANA, criptomoneda virtual de ese mundo digital, donde las marcas se agolpan por celebrar sus eventos y presentaciones exclusivas, por solo elegir algunas de las decenas de novedades que se leen hoy sobre NFT en los medios del mundo. Luego de las noticias, un dato: la consultora tecnológica Gartner publica su informe anual llamado Hype Cycle de tecnologías emergentes, en el que muestra qué tan infladas o exageradas están las nuevas tecnologías. Adivinen quién está en la cima, en el punto más pronunciado del hype. Los NFT. ¿Cómo será su camino de evolución o involución? Es algo que veremos en los próximos meses y años, cuando baje la espuma y asome lo definitivamente relevante que esta tecnología posibilite. Por ahora, nos cabe conocer un poco más el fenómeno.
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