El éxito actual de la mini serie televisiva de Star Plus Pam y Tommy ha vuelto a traer a las primeras planas dos cosas. En primer lugar el revuelo mediático ocurrido en los ’90 con el robo y posterior comercialización del video sexual de Pamela Anderson y su ex esposo Tommy Lee, baterista de la banda Mötley Crue.
Por Clarín
Y en segundo, precisamente, la figura de él, uno de los músicos más alocados, extraviados, excesivos y desbordados en la historia del rock.
Tommy Lee podría dar cursos de “cómo generar grandes escándalos y no morir en el intento”.
El glamour de los excesos
Comencemos con un diccionario. La palabra “glamur” (o “glamour”) refiere a una persona cuyo atractivo principal pasa por la vestimenta, el maquillaje y ciertas aristas de su personalidad. Algo que encandila y fascina a los demás. Proviene de la expresión anglosajona “grammar”, unos hechiceros dados a la magia y el ocultismo.
El término ya era famoso a fines del siglo diecinueve, pero es en el veinte donde cobra mayor relevancia, aplicado a estrellas del cine, a modelos y a músicos.
En esta historia tiene mucho que ver la MTV, esa cadena televisiva estadounidense (¿de música?) donde alguna vez vivió el rock y que con el tiempo y los intereses creados (comúnmente denominados “negocios”) rotaron a una orientación de bubble gum adolescente, pasando de Stevie Ray Vaughan a Bad Bunny vergüenza. No se trata de una acusación antojadiza. Existe evidencia clara y contundente.
El rock y el pop le deben buena parte de su fama excesiva a MTV. Todo aconteció en los vertiginosos y explosivos años ’80 y se terminó de consolidar en los frívolos y olvidables ’90.
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