Los ucranianos conmemoran hoy el octavo aniversario de la revolución europeísta del Maidán (2014), en la que fue derrocado el líder prorruso, Víktor Yanukóvich, actualmente exiliado en Rusia.
A su regreso de Múnich, donde pidió a Occidente garantías de seguridad ante la amenaza rusa, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acudió esta mañana al memorial dedicado a los caídos en el Maidán, conocidos como la Centuria Celestial.
Zelenski colocó una vela a los pies de la cruz de madera erigida junto a la capilla consagrada en el memorial, que se encuentra cerca de la plaza de la Independencia (Maidán) de la capital ucraniana.
Además, tocó la campana de la dignidad, algo que también hicieron algunos participantes en la revolución que acudieron al lugar, entre los que figuraban los familiares de los 105 muertos en las protestas que estallaron en noviembre de 2013 por la negativa de Yanukóvich de firmar un acuerdo con la Unión Europa.
Sacerdotes ortodoxos profesaron un panegírico en memoria de los muertos, tras lo que hubo una salva de honor, una ofrenda floral y todos los presentes cantaron el himno nacional.
También asistió a la conmemoración el expresidente Petró Poroshenko, considerado uno de los patrocinadores de la revolución, que la aupó al poder en las elecciones de mayo de 2014.
Casi todos los muertos se produjeron entre el 18 y el 20 de febrero de 2014, cuando las fuerzas de seguridad decidieron dispersar por la fuerza la ciudadela del Maidán y las barricadas en varias partes de la ciudad.
La Justicia ucraniana sigue investigando los crímenes cometidos por altos cargos del Ministerio del Interior y de la policía antidisturbios, algunos de los cuales se exiliaron en Rusia, al igual que Yanukóvich.
Rusia mantiene que el Maidán fue, en realidad, un golpe de Estado instigado por las potencias occidentales, tras lo que se anexionó la península de Crimea y apoyó una sublevación armada en el este del país, el Donbás, conflicto que aún no ha cesado.
EFE