La variante ómicron es más leve que su antecesora delta, pero también que todas las mutaciones que la precedieron. Esta parecía una máxima incontestable para el mundo de la ciencia pandémica: las vacunas y la inmunidad de rebaño contenían la virulencia de los linajes, y en consecuencia, los patógenos mejoraban su transmisión para lograr sobrevivir en el medio. Pero nadie reparó en un fallo del relato. ¿Y si surge una variante capaz de aunar ambos poderes? Mayor carga viral y más velocidad de contagio. Un grupo de epidemiólogos daneses ha dado con la posible criptonita de las vacunas del coronavirus: la subvariante de ómicron BA.2 H78Y.
Por 20minutos
De acuerdo con el estudio publicado en la revista científica Journal of Medical Virology, la BA.2 H78Y combina las propiedades originales de la subvariante BA.2 y una mutación en la proteína del pico del coronavirus. Su particularidad radica en la proteína ORF3A, que, según los expertos que rubrican esta investigación, es “la proteína necesaria para crear canales iónicos virales (viroporinas) y facilitar la liberación del virus”.
Al alterar la ORF3A, la nueva subvariante sería capaz de interrumpir el proceso de apoptosis en las células humanas. Es decir, podría impedir los procesos moleculares que favorecen la destrucción de las células innecesarias o anormales en el cuerpo.
Sin este método de defensa del organismo, salta a la vista que el virus se multiplicará más rápido en el cuerpo humano. Y esto sumado a su gran escape inmunológico, puede hacer que las vacunas contra el coronavirus resulten ineficaces.
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