A la fecha de su nacimiento, el Orden Mundial Liberal (moderno) solo contaba con 12 democracias y se enfrentó a la resistencia de 136 autocracias. A la fecha de su fallecimiento, el mundo está compuesto por más de 100 democracias y menos de 80 autocracias. A sus 20 años de edad, en 1975, el Orden Mundial Liberal (moderno), bajo el tutelaje de EE.UU. y con sus aliados europeos, logró los acuerdos de Helsinki. La Unión Soviética abandonó sus aspiraciones de expansión territorial en Europa y, en 1991, colapsó, en lo que fue interpretado como una claudicación total del autoritarismo ante las virtudes de la democracia y el Orden Mundial Liberal (moderno).Durante su vida, el Orden Mundial Liberal (moderno) fundó las Naciones Unidas y la Organización Mundial de Comercio. El estado de derecho y acceso a mercados internacionales y financiamiento que construyó el Orden Mundial Liberal (moderno) permitieron que Europa se reconstruyera de los escombros de la Segunda Guerra Mundial para convertirse en el mercado único más grande del mundo. La economía China creció por un factor de 1000% desde 1949, con tasas de crecimiento por encima del 10% desde 1978 hasta el 2005, y la pobreza mundial se redujo de 75%, en 1945, a poco más de 10%, en el 2015, gracias al Orden Mundial Liberal (moderno).Durante los últimos 16 años, el Orden Mundial Liberal (moderno) padeció de una profunda recesión democrática. Por primera vez desde su nacimiento, el número de democracias en el mundo disminuyó durante períodos consecutivos. Países como Polonia, Hungría, India, Turquía y Brasil, entre otros, eligieron a líderes populistas, que utilizaron el fervor nacional para concentrar el poder y socavar el estado de derecho a nivel nacional. Poco a poco, los ciudadanos olvidaron que la democracia liberal consiste en un estado de derecho y la protección del individuo y transformaron sus sistemas de gobierno en tiranías de la mayoría. Las resistencias democráticas en Hong Kong, Myanmar, Venezuela y Sudan fueron sofocadas por la violencia. El estado de derecho internacional mutó a un estado de intereses/beneficios entre naciones.
Esta mutación del estado de derecho a un estado de intereses/beneficios entre naciones exacerbó las injusticias y los abusos producto de la creciente desigualdad social que existe en el mundo. Según el Reporte Mundial de Desigualdad 2022 (World Inequality Report 2022) la mitad más pobre de la población mundial posee solo el 2% de la riqueza total en el mundo. Mientras que el 10% más rico de la población del mundo controla el 76%. Esta realidad económica permitió que – a través de la corrupción y grupos de interés perversos – pequeñas oligarquías o cleptocracias desnudaran a nuestras repúblicas de toda virtud, coersionando a los poderes a violar el orden constitucional o moral. La Unión Europea, por ejemplo, prefirió no cortar en 10% la compra de gas natural ruso durante este invierno, como medida disuasoria ante la amenaza de una invasión rusa de Ucrania. La razón fue simple y triste, un recorte del 10% de las compras de suministro energético ruso le costaría un 0,7% al PIB europeo 2021. Y los líderes de Europa prefirieron no interrumpir la recuperación económica post-pandemia. Similarmente, durante los inicios del siglo XXI, los países latinoamericanos prefirieron aprovecharse de la bonanza económica de Venezuela, en vez de defender la democracia liberal en el continente.El advenimiento de las redes sociales y nuevas tecnologías de la información – en vez de augurar una democratización del mundo a través de la comunicación y los consensos producto de interconexiones – fueron utilizadas para el control masivo de sociedades, como en China; la difusión de campañas de desinformación, como las de las operaciones de los servicios de inteligencia de Rusia en todo el mundo; y la comercialización de la verdad, como lo hicieron prácticamente todos los medios tradicionales de relevancia internacional. La tecnología no fue utilizada para el progreso y el mejoramiento de sociedades en desarrollo, sino para arrodillar a poblaciones con control total o dividirlas con la explotación comercial de resentimientos sociales.Finalmente, debilitado por décadas de batalla contra el cáncer del autoritarismo, los órganos vitales del Orden Mundial Liberal (moderno) fallaron. Los líderes de occidente, cobardemente, descartaron que la agresión rusa en Abkhazia y Ossetia, en el 2008, o de la anexión de Crimea a territorio de la Federación Rusa, en el 2014, hiciera metástasis. Tras 4 meses de guerra anunciada, el 24 de febrero del 2022, el régimen del Kremlin inicio el bombardeo a gran escala y la invasión terrestre, aérea y marítima de Ucrania.El Orden Mundial Liberal (moderno) fue precedido en la muerte por la Paz de Westfalia (1648) y la Liga de Naciones (1920).El Orden Mundial Liberal (moderno) es sobrevivido por una guerra en Europa, tres nuevas dictaduras en América Latina, un Irán a menos de seis meses de poder obtener un arma nuclear, una Corea del Norte con misiles hipersónicos, más de 30 millones de refugiados, y la golpeada y sometida (aunque inquebrantable) voluntad de aquellos que aman la libertad.
Este artículo se publicó originalmente en La Estrella el 25 de febrero de 2022