Es una de las armas más brutales de la guerra. Toma el oxígeno del aire y la explosión resultante solo es superada por una bomba nuclear. Y Rusia lo está usando contra Ucrania.
Los sistemas de lanzacohetes múltiples autopropulsados ??(MLRS) son una característica común en las formaciones de vehículos blindados de Moscú. Llevan una variedad de armas, en su mayoría grandes conjuntos de cohetes semidirigidos destinados a golpear a un objetivo con una descarga desmoralizadora de explosivos.
Por News
Traducción libre de lapatilla.com
Pero algunas son más siniestras. Llevan un poco menos de cohetes que sus primos. Pero sus ojivas son inmensamente más poderosas.
Su propósito es destruir las posiciones atrincheradas de los defensores: Fuertes, búnkeres y cuevas, son especialmente efectivos en áreas urbanas.
Su tecnología es brutalmente simple:
Una mezcla volátil de combustible vaporoso se esparce al entrar en contacto, se mezcla con el aire y luego explota a alta temperatura y consume oxígeno.
La mayoría de los explosivos detonan con un destello. Estos pueden identificarse por su explosión de llamarada relativamente prolongada.
El resultado es un efecto de vacío que aspira todo el aire desde el nivel del suelo y lo lanza hacia arriba en una enorme nube de hongo.
Mykolaiv’s air base has been hit by a major explosion, according to the local news media. Eyewitness videos show a blindingly bright night sky. pic.twitter.com/GKYpQYFzGJ
— Kevin Rothrock (@KevinRothrock) February 25, 2022
Viene con muchos nombres. Una bomba de aerosol. Una bomba de vacío. Un explosivo aire-combustible. Pero su característica definitoria es una onda de choque intensa, mucho mayor que los explosivos convencionales.
Y es el arma preferida del Kremlin.
– “El padre de todas las bombas” –
“Imagina respirar profundamente y luego sumergirte en el agua. Luego imagine que todo el oxígeno es expulsado instantáneamente de su cuerpo. Intente inhalar de nuevo. Pero en lugar de que el agua fría llene tus pulmones, las partículas tóxicas e inflamables comienzan a matarte de adentro hacia afuera”, esa es la angustiosa imagen pintada por Peter Lee, lector de política y ética de la Universidad de Portsmouth.
Lee estaba escribiendo en 2016 después del aparente uso de armas termobáricas rusas en Siria. Estaba horrorizado por su efecto generalizado e indiscriminado, “Es el principio que sustentó el bombardeo masivo de ciudades en la Segunda Guerra Mundial”, escribió. “Sin mencionar el uso de la bomba atómica por parte de Estados Unidos contra Japón”.
El arma termobárica más infame de Rusia ha sido apodada “Padre de todas las bombas” (FOAB). Se rumorea que produce una explosión equivalente a 44 toneladas de TNT en un área de 300 metros.
De ser cierto, sería la bomba no nuclear más poderosa del mundo. Su existencia podría explicar varias de las enormes explosiones vistas en los primeros momentos de la invasión de Ucrania y luego nuevamente en la capital de Kiev. Pero esto es incierto ya que la detonación de depósitos de municiones también podría producir un efecto similar.
Todos los intentos anteriores de regular y restringir tales armas han fracasado. Es probable que su uso en Ucrania reavive la indignación internacional.
“Solo podemos quedarnos de brazos cruzados mientras sus bombas de vacío literalmente chupan la vida de civiles inocentes”, advierte Lee.
– Una explosión bárbara –
Las bombas de combustible y aire son más complicadas de lo que parecen.
Este combustible es diferente. Rápidamente se evapora en un aerosol que se filtra en edificios y lugares bajos, como sótanos, búnkeres y cuevas.
Un gran explosivo está programado para explotar poco después. Pero también está repleto de finos granos metálicos.
“Estas partículas, a menudo a base de aluminio, se encienden una fracción de segundo más tarde y se queman a temperaturas muy altas”, describe Lee.
La bola de fuego es feroz. Como es la tormenta de fuego de metal. Pero no es el efecto más devastador del arma. Es la onda de choque intensa la que es más mortal. Y el vacío resultante.
The russian army has deployed the TOS-1 heavy flamethrower which shoots thermobaric rockets, the was South of Belgorod. pic.twitter.com/XCxMI3bNB3
— Frederik Pleitgen (@fpleitgenCNN) February 26, 2022
Aplasta a sus víctimas hasta la muerte. Más lejos, puede romper huesos, desprender ojos, reventar tímpanos y dividir órganos internos. Por no hablar de aspirar todo el aire de los pulmones.
Nada puede proteger de ello, ni un tanque, ni un chaleco antibalas.
– No es nuevo –
Estados Unidos fue el primero en utilizarlos. Los helicópteros lanzaron grandes bombas de barril para despejar las zonas de aterrizaje de oponentes y campos minados.
En 2002, se lanzaron explosivos de combustible y aire en las cuevas de la montaña Tora Bora en Afganistán en un intento fallido de asfixiar al líder del Estado Islámico, Osama bin Laden.
Rusia también los ha usado antes, tanto contra los chinos en una guerra fronteriza de 1969 como a principios de la década de 2000 contra Chechenia. Dejó manzanas enteras en Grozny como un páramo posapocalíptico.
Las ventanas volaron y el contenido de los edificios de gran altura se derramó en las calles. En un solo ataque, 37 civiles murieron y varios cientos resultaron gravemente heridos.
– Tormentas de fuego en Ucrania –
El arma termobárica más común que se ve rodando por Ucrania en las redes sociales es el lanzacohetes autopropulsado TOS-1A Solntsepek (Burning Sun) de 46 toneladas.
TOS es la abreviatura de “lanzallamas pesado”. Pero no es el tipo que viene a la mente.
Este es el casco de un tanque T-72. Pero no expulsa aceite ardiendo por una boquilla. En cambio, lleva 24 cohetes de 90 kg llenos de combustible en aerosol.
Estos tienen un alcance de unos seis kilómetros. Pero su armadura de tanque pesado está destinada a llevar los cohetes dentro del alcance visual de su objetivo. Se puede lanzar una sola volea en 15 segundos. Su impacto puede convertir una zona de explosión de 250 metros en un paisaje lunar.
Los analistas militares creen que estos vehículos se están utilizando para sofocar posibles escondites para las tropas ucranianas armadas con misiles antitanque Western Javelin y antiaéreos Stinger.
Pero no son la única arma termobárica en uso.
Also BM-27 Uragan MLRS with "Z" markers on the move. 2/https://t.co/YvKDWeLoVG pic.twitter.com/xgZknWdH6S
— Rob Lee (@RALee85) February 26, 2022
El misil balístico de alcance intermedio Iskander-M puede transportar tales ojivas. Al igual que una variedad de bombas deslizantes lanzadas desde el aire y cohetes transportados por helicóptero.
Rusia también equipa unidades de tropas especializadas con lanzacohetes portátiles RPO-A “Bumblebee”. Estos disparan pequeños explosivos de combustible y aire hasta aproximadamente 1,7 km. Se pueden encontrar ojivas similares en otros sistemas móviles de misiles antitanque y RPG (granadas propulsadas por cohetes).
Todos están ahora en uso en Ucrania.
Y no por primera vez.
En 2015, observadores internacionales vieron un TOS-1 en manos de fuerzas separatistas en el este de Ucrania. Se cree que fue lanzado en el bombardeo del aeropuerto internacional de Donetsk. Informes no confirmados sugieren que unos 40 soldados murieron y otros 200 resultaron gravemente heridos, con una docena de vehículos destruidos, en un solo ataque.
Ucrania nunca tuvo este sistema. Así que tuvo que ser suministrado por Rusia. Ahora cientos de ellos están rodando por toda Ucrania.
Los organismos internacionales están preocupados por la naturaleza grande e indiscriminada de la explosión y las heridas debilitantes que puede infligir.
“Tal sufrimiento y muerte es angustioso e inhumano”, escribió Lee.
“En las áreas controladas por la oposición, los civiles tienen la misma probabilidad de verse afectados que los combatientes. Los efectos indirectos también son deseables… Las comunidades locales son aterrorizadas hasta la sumisión o desplazadas, uniéndose a los millones de refugiados que buscan refugio en otros lugares”, concluyo Lee.