Cuando Samson Akinyoola recibió la oferta para jugar en Caracas, su primera respuesta fue negativa. “Ni siquiera conozco Venezuela”, recordó que dijo… “Tuve que buscarlo en Google”, siguió este atacante beninés, “rey” del gol en el fútbol venezolano.
“Vi que Caracas era un equipo grande y que daban muchas oportunidades a jóvenes talentos, oportunidades para mostrarse”, siguió este jugador de 21 años, destaque en la temporada que comenzó esta semana.
Fue subcampeón con Caracas FC en 2021 y máximo goleador de la liga el año pasado. Con esa camiseta se estrenó además en la Copa Libertadores, con dos goles en cuatro partidos.
“Akinyoola es como rey, Samson es un hombre poderoso como yo. Soy poderoso y un rey… soy el rey de Caracas en la liga venezolana”, dijo en una entrevista con la AFP después de un entrenamiento.
Su objetivo es claro, volver a Europa, aunque asegura ser un jugador “global”. “Estoy preparado para jugar en cualquier sitio”.
Jugó en Eslovaquia con el FK Senica, después de debutar como profesional en Nigeria y antes de fichar con los “rojos del Ávila”: ha sido un viaje para este joven que cumple 22 años el 3 de marzo.
Akinyoola nació en Porto-Novo, Benín, de padre nigeriano y madre beninesa, aunque se crió en Nigeria.
“Jugaba en la calle primero, luego fui a la academia 36 Lion Club” en Lagos, recordó. “Siempre pensé que podía ser un jugador profesional, todo el mundo me decía que era un jugador talentoso y terminé en la academia y de allí comencé”.
– León, también en Venezuela –
Eslovaquia fue “la primera oportunidad viajando fuera del país como jugador de fútbol profesional”, destacó. “Fue un poco duro, pero tuve que adaptarme”.
Unos meses más tarde llegó la posibilidad de cruzar el Atlántico y jugar en Caracas, cuyo escudo también consta de un león.
Fue una apuesta arriesgada viajar a un país que atraviesa una crisis política y económica sin precedentes, aunque el presidente y heredero del club, Philip Valentiner, ha apostado por invertir en jóvenes talentos locales y extranjeros. Posee acciones en varios clubes de Europa y ya ha traído a otros jugadores africanos al equipo.
Akinyoola se ha adaptado bien a Sudamérica, pese a que está lejos de su hijo y pareja, cuyo retrato tiene tatuado en el brazo.
Vive en un apartamento en un barrio popular cerca del club, que comparte con el nigeriano y compañero de equipo, Ade Oguns.
“Me siento como en casa”, sostuvo, asegurando que no tiene miedo en un país considerado de los más violentos del mundo. “Es como Lagos, estamos acostumbrados”.
Para matar la nostalgia, Akinyoola y Oguns trajeron especias y aceites de Nigeria, que mezclan con ingredientes locales para hacer los platos típicos de su país.
“Es un buen compañero”, dice el capitán Carlos “Kaki” Rivero. “Un tipo tímido, muy reservado pero trabaja bien”.
¿Mal perdedor? “Eso es bastante bueno porque me gusta la gente competitiva… se molesta cuando no hace gol aunque ganemos, es un tipo ambicioso”, responde el capitán que le ve “un gran futuro”.
Akinyoola está centrado en su objetivo, que cree logrará manteniendo el buen nivel de su debut.
“Tengo que concentrarme”, dijo. “Siento que podré volver a Europa… Todo el mundo debe conocer a Akinyoola”.
AFP