Al dejar atrás la adolescencia que en nuestro país a veces dura toda la vida… preferí ir a las playas en temporada baja que merced a la pandemia… las sanciones y los efectos de políticas equivocadas duran casi todo el año. Salvo Carnaval, Semana Santa y agosto-septiembre cuando el venezolano saca de dónde no tiene… para ir a la playa principalmente.
En fin: me fastidia el tráfico… las carencias innecesarias y tanto bululú… características propias de nuestras playas sonde poco se planifica… en estas y otras fechas.
Este año fue igual y a pesar de estar invitado por mí hija y también por una amiga… con la excusa de mis gatos me quedé en Caracas… y tuve oportunidad de examinar mejor lo que sucede en las redes donde nada es operativo… pero se marcan tendencias.
Y cómo es natural muchos twitts y publicaciones tuvieron que ver con las playas… el costo de la vida… y el turismo en general.
Dentro de esta categoría última me llamó la atención que un grupo significativo protestaba los turistas rusos con el peregrino argumento de que “creen que todo vale un dólar… encima regatean… y no compran nada”.
Supongo que esta campaña se avivó con la invasión rusa a Ucrania pero igual pienso que tiene otro origen más profundo como maligno… qué se debe desenmascarar.
En nuestro país, a pesar de contar desde los años setenta del siglo pasado, de un ministerio de Turismo… la verdad es que dado que no hay turismo esa inutilidad se ha podido ahorrar de los presupuestos y mejor habría sido cambiar lo que cuesta semejante burocracia inútil… en billetes pequeños… y populistamente lanzarlos desde el aire… sobre las zonas donde viven los compatriotas más pobres.
Pero, el que nadie rezongue contra ese ministerio en casi medio siglo de existencia… se debe pienso a creencias equivocadas como las que sustentan los twitts mencionados. Creencias que desubican a sus consumidores.
A ver: los twitteros anti rusos ignoran u olvidan a propósito que nuestro país lleva soportando al menos década y media de propaganda exagerada y adversa… consecuencia de la cual los mejores turistas… es decir los de mayores recursos –olviden le bobería del “ser rico es malo”- no vienen a nuestras playas.
Si tengo amistades que viven rezando porque saben que salgo de noche… imagínense lo que pueden creer turistas suizos o escandinavos… digo para olvidar por momentos los yanquis que nunca vinieron en manadas por múltiples razones.
Y nos quedan los rusitos que gracias a Dios o a Putin… se ven en Playa El Yaque con sus paquetes pagados y buscando rebajas… como de un tiempo a esta hacen los pocos venezolanos que andan por el mundo sin estar enchufados.
Los margariteños a “sotto voce”… como evitando espías… me han dicho que gracias a estos turistas en la isla casi no se va ahora la luz… hay agua… y gasolina a precio internacional.
Y estas boberías para un país enfrentado por una polarización infame… son mucho.
De manera que si vemos turistas rusos –por lo general jóvenes- tratémoslos bien… a ver si con el tiempo vienen otros de mejor condición económica.
Y quien sabe si algún día deberíamos tener un ministerio de turismo… para gerenciar el crecimiento del sector… no para darle una tajada a la esposa de Diosdado.