Existen dos caminos para examinar los protagonistas del poder. Los especialistas coinciden en distinguir los que han forjado su personalidad en una infancia difícil y perturbada, pero logran desarrollar valores que fortalecen en su ciclo vital: la solidaridad, el bien común, la misericordia y el acercamiento al prójimo en las dificultades. Son constructores de paz.
El camino “Putin” es complicado. Su personalidad resalta algunos trazos inquietantes. El investigador Vladimir Fédoroski, describe su infancia tormentosa, de rasgos vengativos, lleno de odio, rencor, bajo un sentimiento escondido y borrascoso de heroísmo nacionalista.
Es calificado como un revanchista social, bajo un manto de falsa grandeza histórica, demuestra dos obsesiones. Ser el James Bond soviético, escenifica carreras por la estepa y practica personalmente la eliminación de sus enemigos: con sus manos o envenenándolos, modalidad antigua, desde sus inicios en la KGB, y que ahora practica en algunos opositores emblemáticos. Es ambiguo, nada se le puede creer. Se retrata en helicópteros como filmando una película de violencia tipo rambo, o mostrando su musculatura con el terso desnudo. Su rostro esta reconstruido para mostrar lo que es: un arrebatado pragmático y frio como un invierno ruso.
Norberto Bobbio, filosofo italiano, quien falleció en el 2004, parece haber dicho esto ayer, refiriéndose a los fanáticos de la guerra:
“Aun admitiendo la posibilidad de la autodestrucción total, o al menos inmensa, sostienen que el sacrificio de la humanidad es éticamente bueno”.
Bien lo ha señalado el Historiador y abogado Jiménez Melean:” viendo el resurgir de lo peor de la historia: los nacionalismos, los extremismos, la xenofobia, la agresión y la guerra, que se creían proscritos de los métodos del mundo civilizado “
Seria superficial considerar lo antes señalado como la única causa de la actual guerra contra Ucrania. Como lo observó al inicio de los bombardeos, el periodista de CNN, Fernando del Rincón: mucho tiene que ver occidente con todo esto, y lo que resalta más, es una equivocada política mundial, que se sigue manejando como en los tiempos de la guerra fría.
Rusia alimenta la crisis política, polarizando Ucrania, creando barreras entre los que desean el acercamiento con Europa occidental y los pro rusos, más visibles en la parte oriental del país.
En el aspecto Propagandístico e informativo, la tiranía rusa también ha superado a occidente, propagando falsas noticias y rumores, para hacernos creer su superioridad, que es manifiesta en Ucrania y sin embargo, le ha costado mas de lo que pensaban. El rio profundo trae muchas cosas por debajo:
– Los rusos viven un infierno eterno. Persecución a los disidentes, violación de los derechos humanos y el terrorismo como política oficial. Durante ya dos décadas no ha logrado concebir un verdadero Estado Federal, fortaleciendo una oligarquía mafiosa y una población empobrecida.
– Son muchas las debilidades del modelo ruso: fuerte disminución de la población, el PIB y su comercio exterior se asemeja al de cualquier pequeño país europeo. Subdesarrollo infraestructural, franca depreciación del rublo frente al dólar y el euro. Temor a invertir, tarea de mafiosos en un mercado negro.
– A pesar de dedicar la mayoría del esfuerzo en presupuesto militar, este es semejante al de Francia y Arabia Saudita, destacando si una fuerte estructura nuclear.
– Putin ha desarrollado como ninguno, la herramienta populista de criminalizar los rivales políticos. No hay adversarios sino delincuentes. Ante esto solo merecen la muerte. Tendrá que ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Se agrega a su menú los crímenes de guerra, ataque a civiles, niños y hasta un hospital ha bombardeado.
El tiempo lo dirá: la ambición es una cosa y la realidad otra. La rectificación occidental se construye sobre la marcha y no la va a tener fácil el déspota.
LOS PUTINES TROPICALES
Una de las técnicas de la KGB, aplicada por Putin, es copiar los gestos de sus interlocutores para empatizar con ellos. En este lado del mundo, especialmente, los tres tiranos más destacados que le siguen: Maduro, Ortega y Castro Canel, han optado, por lo contrario: copiar ellos las muecas de Putin, para parecerse más a él. No solo como criminales, lavadores, terroristas y narcos. Repiten sus tropelías. Algo que pronto conocerá el mundo es que estos tiranos, – sobre todo Maduro -, tiene sus SAAB rusos, es decir, sus testaferros en la oligarquía de Putin, representándole sus cuentas de lo robado en nuestro masacrado País. Ahora van a ser investigados en todos los rincones y ya verán que aparecerán los mafiosos rusos de Maduroski, manejando el dinero sucio de la droga y el expolio.