El pasado sábado, exjefes de Estado y de Gobierno participantes de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) condenaron la agresión de Rusia a Ucrania y pidieron a la comunidad internacional, evaluar con seriedad el origen y consecuencias de la decisión rusa.
En su declaración IDEA señala: «Sería una ingenuidad considerar que la agresión criminal de Rusia a Ucrania sólo afectará al orden europeo. El orden internacional afecta a todos y es responsabilidad de todos». Y luego añade: «No podemos obviar que la misma Rusia de Putin ha extendido sus influencias geopolíticas de un modo más que preocupante en América Latina».
Ciertamente, Rusia se involucra cada vez más en Venezuela, vendiendo armas, instalando radares y enviando tropas, por lo cual Nicolás Maduro se expresó abiertamente en favor de Rusia, en lugar de defender a Ucrania de la agresión criminal en su contra.
Antes, el 22 de febrero, la revista SEMANA publicó una nota titulada «¿Por qué los tambores de guerra de Putin retumban en Colombia?. Y seguidamente mantuvo que «Rusia es el principal soporte que mantiene en pie la dictadura de Nicolás Maduro, principal amenaza externa de Colombia… la presencia de Rusia en Venezuela es una realidad, pero sobre todo el potencial peligro de esa alianza para Colombia».
Con Maduro en Miraflores, Venezuela se ha convertido en una plataforma rusa desde la que Putin puede avanzar con sus planes de expansión
Tiempo atrás, al menos desde el 2020, la dirigente política venezolana, María Corina Machado, propuso una acción internacional contundente en contra del régimen de Maduro, advirtiendo precisamente los nexos de Maduro con Rusia, China, Cuba e Irán; ante lo cual, el entonces funcionario estadounidense Elliott Abrams y el embajador de EEUU en Venezuela, James Story, respondieron que dicha propuesta parecía «realismo mágico». Pues la invasión de Rusia a Ucrania ha sido una bofetada para todos aquellos que pensaban que con criminales -como Putin y Maduro- se puede llegar a acuerdos mediante diálogos y elecciones. Ellos solo entienden el lenguaje de la fuerza y mientras no se les enfrente como se debe, seguirán amenazando la seguridad del Hemisferio Occidental.
Con Maduro en Miraflores, Venezuela se ha convertido en una plataforma rusa desde la que Putin puede avanzar con sus planes de expansión. No necesariamente invadiendo, pero sí desestabilizando, armando las narco-guerrillas, y fortaleciendo las economías ilegales y a las mafias del narcotráfico.
Ya Foro Madrid reunido en Bogotá hace 10 días advirtió en su declaración final de la intromisión en las naciones de Iberoamérica de China, Rusia, Irán y otras potencias extra continentales, «las cuales pretenden usar la región para fines bélicos de expansión».
Por estos motivos es de vital importancia para la seguridad regional conformar una alianza internacional que -en coordinación con los venezolanos que se oponen a Maduro- logre deponer al régimen chavista y neutralizar la amenaza que significa la presencia rusa en Venezuela.