Brecha de género en la ciencia: las mujeres ganan espacio, pero a paso lento

Brecha de género en la ciencia: las mujeres ganan espacio, pero a paso lento

La brecha de género es una falencia que no solo afecta la vida de las mujeres, sino el propio avance científico en el marco de lo que algunos llaman la Cuarta Revolución Industrial (Foto: Getty Images)

 

La participación de las mujeres en en el campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y la matemática (STEM, por sus siglas en inglés) ha crecido en los últimos años, pero su evolución sigue siendo lenta. Se trata de una falencia que no sólo afecta la vida de las mujeres, sino el propio avance científico en el marco de lo que algunos llaman la Cuarta Revolución Industrial.

Por infobae.com





Un indicador es la participación de las mujeres en los galardones internacionales que recompensan la excelencia en la investigación que, si bien está aumentando, aún está por detrás de la proporción de puestos de profesorado ocupados por mujeres, según un análisis realizado por especialistas de la Universidad Americana de Beirut sobre 141 premios científicos principales otorgados en las últimas dos décadas.

Lokman Meho, científico de la información de esa Universidad, examinó junto a su equipo si los avances en las cátedras para mujeres se han traducido en premios en honor a su trabajo. Sus hallazgos, publicados en Quantitative Science Studies, muestran una brecha de género cada vez menor pero persistente en los niveles más altos de premios. La disparidad es mayor en disciplinas que incluyen ciencias de la vida, informática y matemáticas.

En nuestro país, según datos del centro de estudios CIPPEC, “seis de cada diez universitarias son mujeres”, pero “representan sólo 25% del total de quienes estudian ingeniería y ciencias aplicadas, y el 15% de las inscripciones en la carrera de programación. Las investigadoras están subrepresentadas en ciencias exactas, se concentran en los niveles iniciales de la carrera científica, y también enfrentan mayores dificultades que los varones para acceder a financiamiento y publicar en revistas de prestigio”.

Hans Petter Graver, jurista y presidente de la Academia Noruega de Ciencias y Letras en Oslo, que administra el Premio Abel en matemática y los premios Kavli en astrofísica, nanociencia y neurociencia, dijo que los resultados desiguales en torno de los galardones envían “una señal a las instituciones que otorgan prestigiosos premios para hacer más por la diversidad“.

Las mujeres tienen tasas de publicación y citación comparables a las de los hombres, pero tienden a tener carreras más cortas y publican menos artículos como primer o último autor, según otros estudios de los últimos años.

En su análisis, Meho y su equipo identificaron 141 premios internacionales de gran prestigio, incluidos los Nobel, la Medalla Fields de matemáticas y el Premio Robert Koch de ciencias biomédicas, otorgados a 2.011 hombres y 262 mujeres entre 2001 y 2020. Agrupó a los destinatarios en intervalos de cinco años.

Los resultados muestran que el número de premios que honran a las científicas ha aumentado en los últimos 20 años, pero las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en estos premios que definen la carrera, que a menudo son nominados por pares y decididos por ganadores anteriores. “Nos estamos moviendo en la dirección correcta, aunque lentamente”, afirmó Meho. Esta realidad se refleja de manera contundente en las mujeres distinguidas con el Premio Nobel en áreas científicas: representan sólo el 6%.

Aunque el estudio no examinó las causas del sesgo de género, argumenta que las mujeres no están recibiendo menos premios debido a la calidad o cantidad de su investigación. En cambio, lo atribuye a un sesgo implícito, junto con una falta de esfuerzos proactivos para abordar las desigualdades en la ciencia.

Según un trabajo de Paula Szenkman y Estefanía Lotitto para CIPPEC las barreras para el acceso y el desarrollo de las mujeres en carreras científicas se inicia desde los primeros años de la educación. “Las niñas y jóvenes se encuentran con barreras para orientarse a disciplinas STEM desde temprana edad: existen estereotipos de género que afectan su confianza e interés en el ámbito científico y tecnológico, y que llevan a que pocas lo elijan al momento de estudiar una carrera universitaria o insertarse laboralmente. Incluso aquellas que logran hacerlo enfrentan barreras que truncan sus trayectorias: las mujeres en Argentina dedican en promedio el doble de tiempo a las tareas de cuidado que sus pares varones, la promoción está basada en normas y criterios de evaluación masculinos, y los estereotipos de género que moldean las creencias y expectativas hacia las mujeres hacen más difícil obtener logros y reconocimiento”.

Aún así, en los últimos 20 años se han visto cambios sorprendentes en la ciencia, la tecnología y la innovación a nivel mundial, incluso en América Latina y el Caribe, las mujeres científicas han buscado formas de aumentar la presencia y la visibilidad en las nuevas agendas nacionales e internacionales. Sin embargo, si bien las mujeres han sido protagonistas de grandes cambios en estas últimas décadas, aún queda un largo camino por recorrer.

A nivel mundial las mujeres representan el 33% de los investigadores en las ciencias, a pesar de que representan el 45% y el 55% de los estudiantes de grado y de maestrías y el 44% de los matriculados en programas de doctorado.

Los hombres continúan ocupando la mayoría de los puestos de alto nivel en la ciencia y reciben la mayor parte de los fondos para la investigación. Respecto a ese escenario, Aliesha González, científica del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM (México) y ganadora del premio L’Oréal- UNESCO 2007, definió: “Históricamente nos han dado otros roles que nos han quitado la oportunidad de poder elegir a la ciencia como una forma de vida o como profesión, como Katherine Jonhson, quien diseñó las matemáticas para que el hombre pudiera llegar a la luna, entre muchas más que han escrito historias de vida. Las contribuciones de mujeres son súper poderosas, pero no solo de las mujeres, todos tenemos que contribuir a generar conocimiento sin importar si somos hombres o mujeres”.

“Las mujeres siguen estando subrepresentadas en los niveles científicos más altos. A pesar de cierto progreso a la fecha solo el 33% de los investigadores a nivel mundial son mujeres, de acuerdo con el informe científico más reciente de la UNESCO”, dijo Ersi Pirishi, farmacéutica de profesión y presidente de L’Oréal para América Latina.

“Estamos convencidos de que través del programa “Por las Mujeres en la Ciencia” podemos cambiar los estereotipos que hay en la sociedad, dando mayor visibilidad al trabajo científico de las ganadoras. Sólo rompiendo esos moldes podremos mostrar una visión más real y compartir cuáles son sus aportes tan positivos a la sociedad. Y a través de ellas ser un ejemplo y una fuente de inspiración para muchas jóvenes y niñas que tienen la inquietud por la ciencia. Esto comienza desde las niñas en nivel preescolar o en la primaria y debe continuar hasta la Universidad”, destacó Pirishi.

Ana María Franchi, Investigadora, presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) advirtió que en el mundo “necesitamos más vocaciones científicas en general y las mujeres están poco presentes en estas disciplinas. Un 24%-25% de mujeres cursando carreras de ingeniería y aún con un porcentaje menor las carreras asociadas a la informática. Las niñas no se dedican tanto a estas disciplinas, los estereotipos siguen existiendo en la actualidad, necesitamos mostrar más mujeres en estas áreas e inspirar a otras mujeres viendo los ejemplos de éxito de mujeres que se han dedicado a estas carreras y sobresalido, sobre todo mujeres jóvenes que inspiran a otras jóvenes siguiendo el ejemplo”.

Karen Hallberg, la física argentina distinguida junto con otras cuatro científicas en 2019 con el Premio Internacional L’Oréal-Unesco de la región América Latina aseguró que es necesario “el estímulo para todo en la vida, no sólo en ciencia, viene del apoyo familiar y del colegio. Por eso hay que apoyar y estimular a las niñas para que se hagan preguntas, para aventurarse, para armar y desarmar cosas. En el secundario, el Colegio Nacional Número 1 de Jujuy, el director, Oscar Marin, hacía mucho esfuerzo para que tuviésemos una educación de nivel universitario. Siempre nos apoyaba y motivaba”, recordó sobre su paso por la escuela media.

Según el Informe de la UNESCO sobre el papel de la mujer en las disciplinas STEM solo un 33% de las mujeres que cursan estudios superiores en el mundo escogen carreras científicas y tecnológicas. El organismo internacional precisó que sólo el 3% de las estudiantes mujeres que escogen cursar estudios superiores eligen tecnología, información y comunicaciones. El 5% escoge ciencias naturales, matemáticas y estadística. El 8% de las estudiantes se decanta por ingeniería, fabricación y construcción; y el 15% escoge carreras relacionadas con la salud y el bienestar, como medicina o enfermería. “Existen numerosos obstáculos asociados a estas trayectorias educativas, desde los estereotipos que afrontan las niñas hasta las responsabilidades familiares y los prejuicios que enfrentan las mujeres al momento de elegir su campo de estudio”, según la UNESCO.

Erika Teliz, investigadora en energía electroquímica y ganadora de la beca L’Oréal-UNESCO 2021 en Uruguay mencionó que el aporte que tenemos las mujeres en la ciencia es la misma que tiene cualquiera y que la pluralidad de pensamiento es un aporte central en la ciencia.

En un reciente panel con el nombre “Porque la Ciencia sí es para niñas”, los equipos regionales de L’Oréal y la UNESCO, Gheidy Gallo Santos, consejera Presidencial para la Equidad de la Mujer en Colombia remarcó que “para la política pública en Colombia es fundamental la presencia de mujeres en la ciencia, ya que va a permitir un mayor crecimiento económico con equidad, en particular para la mitad de la población que somos las mujeres. Las mujeres tenemos baja participación en todas aquellas carreras que requieren pensamiento lógico, matemático, esta disrupción en la ciencia es un reto mundial”.

En cuanto a los modelos a seguir, Ana Laura Rendón, divulgadora e influenciadora científica, mencionó la importancia de tener mentores y maestros que te inspiren a estudiar una carrera científica. “Debemos enfocarnos a que haya más mujeres en ciencia y esto va hacer que las niñas y estas futuras generaciones puedan verlas a ellas, se inspiren y quieran entrar a este mundo de la ciencia”.

Ernesto Fernández Polcuch, director de la oficina de la UNESCO en Lima, concluyó que “más niñas y mujeres en la ciencia no es un tema de las mujeres, si no que es un tema que implica a toda la humanidad. Implica tanto a hombres como a mujeres. La cooperación UNESCO-L’Oréal se da porque el mundo necesita más ciencia y la ciencia necesita más mujeres.