Es una de las monedas más devaluadas del planeta, pero el Bolívar en efectivo sigue siendo imprescindible en la Venezuela dolarizada de facto, puesto que resuelve las operaciones de menudeo ante la escasez de divisas, fundamentalmente dólares, de baja denominación.
En los comercios y buhoneros de Quinta Crespo, una zona popular en el centro de Caracas, el Bolívar aún subsiste en los pagos de alimentos como carne, harina de maíz, huevo, café, crema de leche, tomates, plátanos, duraznos y fresas, según dijeron a Efe varios comerciantes y vendedores.
La encargada de un negocio, quien prefirió no identificarse, dijo que los consumidores pagan en moneda local todo lo que cuesta menos de cinco dólares, sobre todo con los billetes reciclados de 500.000 y un millón de bolívares, equivalentes, de facto, a 0,5 y un bolívar respectivamente, tras la reconversión monetaria del pasado octubre, que amputó seis ceros a la moneda.
“La gente compra (con bolívares) las cosas mínimas, (…) pagan el suero (crema de leche) que cuesta 3,50 bolívares, lo más económico, o unas bolsitas de café de 100 gramos que están en 2,5 bolívares”, dijo a Efe Yenifer Pérez, vendedora en otro comercio de Quinta Crespo.
DINERO CIRCULANTE
El 8 de marzo de 2021, el Banco Central de Venezuela (BCV) emitió tres billetes para ampliar el cono monetario entonces vigente, que fueron los de 200.000 bolívares, 500.000 bolívares y de un millón de bolívares.
A excepción del de 200.000, hoy, un año después, son los que más circulan en la calle, incluso más que los nuevos billetes emitidos cinco meses atrás como parte de la reconversión, la tercera en este siglo.
Según la data del BCV, aún después de implementada la reconversión, se continuó poniendo en circulación nuevas piezas de las viejas denominaciones de 500.000 y un millón de bolívares.
Entre octubre y noviembre, entraron en circulación 52 millones de piezas del billete de 500.000 y 56,2 millones de piezas del de un millón.
En cambio, en las estadísticas del Banco Central no hay reportes de haber emitido piezas de las nuevas denominaciones de 20, 50 y 100 bolívares presentados para la reciente reconversión, lo que explicaría la falta de estos billetes, que comerciantes y consumidores aseguran no haber visto tras cinco meses de supuestamente haber entrado en circulación.
Y los billetes más viejos, de conos monetarios anteriores, quedaron reducidos a material de manualidades, papelería, lienzo y para la elaboración de disfraces.
SERVICIOS
Juan Carlos, reparador de electrodomésticos, explicó a Efe que, si bien el dólar es el que domina el mercado, es necesario contar con bolívares en efectivo para pagos menores, como el pasaje del transporte o el gas.
“Aunque el dólar es el que está dando la talla aquí en Venezuela, lamentablemente, sí se necesita tener efectivo para ciertos servicios, como el pasaje (del transporte) y el gas doméstico, que por donde yo vivo no aceptan dólares”, dijo el hombre, mientras esperaba en una cola por montarse en un autobús.
La bombona de 10 kilos se la venden en cuatro bolívares y medio, y no aceptan divisas.
El pasaje de la larga ruta que él iba a tomar, desde la zona céntrica de Chacaíto hasta el sector de clase media de La Trinidad, está en dos bolívares, poco menos de medio dólar.
En las pocas estaciones de servicio que aún venden gasolina subsidiada, que cuesta 0,11 bolívares el litro, también pagan con bolívares en efectivo, a diferencia de las gasolineras que Maduro llama “internacionales”, donde el combustible cuesta 0,50 dólares y la moneda que reina es la estadounidense.
Venezuela sigue avanzado de manera importante en un proceso de digitalización de su economía, pero no por seguir la tendencia internacional de erradicar el dinero en efectivo sino, principalmente, por la pérdida de valor del bolívar, que al momento de hacer grandes compras sirve, más que otra cosa, para hacer bulto en la billetera. EFE