Mucho se ha escrito sobre los obstáculos para una distensión entre Estados Unidos y Venezuela que permitiría que el petróleo de la nación sudamericana comience a fluir más libremente hacia los mercados internacionales. Sin embargo, se ha pasado por alto uno de ellos: la presencia de una empresa propiedad del Kremlin en los campos petroleros de toda Venezuela.
Por Fabiola Zerpa y Ezra Fieser | Bloomberg
Traducción libre del inglés por lapatilla.com
La compañía, llamada Roszarubezhneft, tiene una participación del 40% en cinco empresas conjuntas con el gigante petrolero estatal venezolano PDVSA. Juntos, producen cerca de 120.000 barriles diarios de crudo, o el 15% de la producción actual del país.
Las sanciones económicas que han aislado al régimen de Vladimir Putin, incluida la prohibición de las importaciones de combustibles fósiles en Estados Unidos y el Reino Unido, tras la invasión de Ucrania, han elevado los precios del crudo a más de 100 dólares el barril y han provocado una lucha por encontrar nuevos suministros para reemplazar el crudo ruso. El gobierno de Joe Biden envió un funcionario a Caracas el fin de semana pasado, rompiendo con una política estadounidense que durante años se negó a reconocer al régimen chavista de Nicolás Maduro, para discutir una posible exención de algunas de las sanciones que han paralizado la capacidad de Venezuela para exportar petróleo.
Estados Unidos está dispuesto a relajar la presión económica sobre Venezuela dependiendo del resultado de las próximas conversaciones entre Maduro y la Plataforma Unitaria, dijo un alto funcionario de la administración Biden. Eso indica que el presidente Joe Biden quiere ver avances hacia la restauración de la gobernabilidad democrática antes de permitir que Venezuela aumente las exportaciones de petróleo.
Maduro parece estar calentándose con los EEUU, alguna vez un importante importador de crudo venezolano. Días después de ser anfitrión de la reunión en Caracas, liberó al exejecutivo de Citgo Gustavo Cárdenas, ciudadano estadounidense, y a Jorge Fernández, cubanoamericano. El vocero chavista también dijo que se deben reconsiderar las conversaciones formales con la Plataforma Unitaria, que comenzaron el año pasado en México y han estado suspendidas durante meses.
Acuerdo Putin-Chávez
Las empresas rusas aumentaron su presencia en el país caribeño después de que el difunto agitador Hugo Chávez y Vladimir Putin llegaran a acuerdos en 2010 como parte del giro de Venezuela hacia Rusia y China. Los nuevos aliados llenaron el vacío dejado por una relación cada vez peor con Washington, proporcionando equipo militar, préstamos e inversiones en la industria petrolera.
En el apogeo de la presencia de Rusia en el país, Rosneft, Gazprom PJSC y Lukoil PJSC se encontraban entre el puñado de empresas que tenían participaciones en campos petroleros y una instalación de mejora de crudo pesado en la costa caribeña del país.
La compañía petrolera más grande de Rusia, Rosneft, invirtió más de 7 mil millones de dólares en préstamos a PDVSA y operaciones en cinco empresas en tierra, y también se adjudicó dos operaciones de gas en alta mar. Desde entonces, Venezuela ha pagado su deuda.
Tratar con PDVSA ha tenido un costo. Una de las empresas comerciales de Rosneft fue sancionada en 2020 por EEUU por mantener vínculos con Maduro y PDVSA. Para evitar daños adicionales, Rosneft vendió todos los activos a Roszarubezhneft. Y al igual que otras grandes petroleras internacionales, las empresas rusas han disminuido su producción debido a la falta de financiamiento, mantenimiento y éxodo de personal calificado de PDVSA.
La industria petrolera del país ha tenido un repunte sorprendente, aunque modesto, desde 2020, aunque su producción total de alrededor de 800.000 barriles por día es una fracción de los más de 3 millones de barriles que alguna vez lo convirtieron en un gigante energético. Los analistas de energía estiman que la industria puede impulsar aún más la producción si el petróleo puede fluir libremente y el país puede importar las piezas y los equipos que tanto necesita.
Pero Estados Unidos y Venezuela parecen estar lejos de cualquier acuerdo que permita un alivio generalizado de las sanciones. El jueves, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, restó importancia a la probabilidad de que se llegue a un acuerdo sobre las importaciones de petróleo en el corto plazo. El mismo día, Delcy Rodríguez se reunió con el canciller ruso, Sergei Lavrov, en Turquía para revisar las relaciones bilaterales.
No está claro cómo manejaría Estados Unidos el problema de que parte del petróleo de Venezuela se extrae con la ayuda de Rusia.