Colas de vehículos, escasez, corrupción, deterioro, contrabando y dolarización, son las palabras que describen la situación actual en Venezuela con el combustible. Tras la llegada del régimen de Maduro ha ido mermando su producción e incluso desde el 2020 Irán ha proveído de gasolina al país petrolero.
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Al menos 20 años de desidia y abandono es lo que ha experimentado las refinerías del país. Aquel 2003 Venezuela fue testigo de uno de los episodios más trágicos, más de 18 mil trabajadores de la industria petrolera fueron despedidos por orden de Hugo Chávez Frías, desde ese momento la debacle de la industria fue inminente.
Con la llegada de la pandemia, hace dos años, la situación empeoró y la escasez de combustible aumentó. Las protestas en cada rincón del país exigían “gasolina”. Sin embargo, un nuevo esquema estaba a punto de llegar a los venezolanos, gasolina subsidiada y a precio internacional. Este último parece ganar terreno en las estaciones de servicio del país.
En este sentido el equipo de LaPatilla realizó una encuesta para conocer la perspectiva de los ciudadanos ante una decisión que afectará aún más la economía de los hogares venezolanos.
Gasolina dolarizada
El ministro de petróleo del régimen, Tareck El Aissami anunció en el 2021, un nuevo esquema que comenzaría a regir el suministro de combustible en todo el territorio nacional.
Una vez más el “carnet de la patria” tomaba protagonismo en los anuncios de la cúpula chavista, debido a que serían dos la manera de obtener el combustible en el país. Un subsidio directo, que establecería 120 litros para los vehículos y 60 litros para las motocicletas a un precio de 5000 bolívares por el litro.
Por otro lado, un precio internacional, que sería de 0.50 dólares el litro. Asimismo, detalló que las estaciones de servicio subsidiadas abastecerían a los vehículos por el terminal de la placa, imponiendo de esta manera un cronograma.
Las colas no se hicieron esperar en las estaciones de servicio y con ello la corrupción se apoderó de ellas. Lo que generó el malestar entre los ciudadanos, quienes amanecían en las colas para “lograr” surtir de combustible el tanque.
Hoy, un año después, le preguntamos a los encuestados como surte de combustible su vehículo, el 42,4% señaló subsidiada, mientras que el 48,3% dolarizada.
Sin embargo, de esas miles de bombas subsidiadas, el régimen ha ido convirtiendo en estaciones premium, es decir a precio internacional. El pasado 7 de marzo se pudo conocer que 100 bombas de gasolina pasaron a ser dolarizadas, de las cuales al menos 20 de ellas se encuentran en la ciudad capital.
Dicha medida generó la reacción inmediata de los ciudadanos quienes señalaron que el sueldo no alcanza y que el transporte público se vería afectado con la nueva medida. Al preguntar a los encuestados si estaban de acuerdo con la eliminación de las bombas subsidiadas, el 62,9% manifestó que no, mientras que el 37,1% señaló de manera afirmativa.
Asimismo, al preguntar a los encuestados si el valor del combustible debe ser a precio internacional el 60,9% manifestó su rechazó con “Totalmente en desacuerdo” y “En desacuerdo”.
Un nuevo mecanismo ¿La solución?
Tras el anuncio del ministro chavista de petróleo en el año 2021, para el mes de junio manifestó que no “habría colas” en las estaciones de servicio, algo que se convirtió en una promesa más por parte del régimen. Las colas se mantuvieron y las protestas no pararon en las diversas regiones del país.
Ahora, el mecanismo ya no será por número de placa, será por terminal de la cédula, el cuál habilitará los litros subsidiados disponibles a través del carnet de la patria, generando la duda e incertidumbre de los ciudadanos debido a la falta de información, pues el régimen no ha hecho un anuncio oficial detallando esta nueva medida.
Al preguntar a los encuestados si creen el que este nuevo mecanismo disminuirá las colas el 76,8% manifestó con “totalmente en desacuerdo” y “desacuerdo”.
Es evidente como los venezolanos no están de acuerdo con la eliminación de las estaciones de servicio subsidiadas ya que el venezolano común no cuenta con los recursos necesarios para equipar su vehículo. Asimismo, los transportistas se encuentran en la incertidumbre ya que no saben que pasará con el precio del servicio.
Después de 20 años, la desidia y el abandono de la industria pretrolera por parte del régimen de Nicolás Maduro está pasando factura a los venezolanos ante una medida que no solucionará la situación.