Desde hace algunas semanas, los nuevos casos de COVID-19 crecieron en China, Australia y algunos países de Europa. Y todos los dedos acusadores apuntan a la subvariante de Ómicron BA.2 como la impulsora de los brotes.
Por Infobae
La alta contagiosidad de la subvariante, sumado a que las medidas de prevención de la enfermedad se relajaron en todo el mundo, se convirtieron en un combo que ahora preocupa a las autoridades sanitarias.
Ahora, según alertó el epidemiólogo australiano y exfuncionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Adrian Esterman, todo indica que BA.2 “puede ser tan infecciosa como el sarampión”. El profesor dijo que la subvariante es un 40% más transmisible que la variante original del SARS-CoV-2.
Y tras resaltar que tendría un número de reproducción básico (R0) de alrededor de 12, destacó que “eso significa que si se deja que se propague sin control, cada persona infectada se lo transmitirá a una docena más”.
“Esto haría que la subcepa sea cinco veces más infecciosa que el virus Wuhan original y una de las enfermedades más contagiosas conocidas por la ciencia”, insistió.
La afirmación explicaría por qué el virus mutante pudo superar a su cepa original en el Reino Unido en aproximadamente un mes y socavar la política “COVID cero” de China, que hasta ahora había logrado suprimir todas las versiones del virus, según publicó el diario británico Daily Mail.
Al explicar su teoría, el profesor Esterman ahondó: “El número de reproducción básico (R0) para BA.1 es aproximadamente 8,2, lo que hace que R0 para BA.2 sea aproximadamente 12. Esto lo acerca bastante al sarampión, la enfermedad más contagiosa que conocemos”.
El número R0 es el número promedio de personas que cada paciente BA.2 podría infectar, si no hubiera inmunidad en una población (alta cobertura de vacunación) o cambios de comportamiento.
Sin embargo, la mayoría de los científicos dicen que no hay motivo para preocuparse por la variante, debido a que “los casos que provoca son tan leves como el Ómicron original”.
La subvariante BA.2 ahora está detrás de casi todos los casos en Inglaterra, sólo la semana pasada fue responsable del 83% de las infecciones, según las estimaciones oficiales.
Esto luego de haberse vuelto dominante tres semanas antes, representando el 52% de todas las infecciones en la semana hasta el 20 de febrero.
La Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) estima que los casos de COVID-19 en el Reino Unido aumentaron desde mediados de febrero, y calcula que una de cada 25 personas en Inglaterra se infectó la semana pasada.
Las especulaciones de los que saben
Los científicos estiman que la cepa original de Wuhan del SARS-CoV-2 tenía un R0 de alrededor de 2,5. Sin embargo, el sarampión, uno de los virus más contagiosos estudiados por la ciencia, tiene un R0 de entre 12 y 18.
Los expertos estiman que el número equivalente para la varicela se encuentra en la región de 10 a 12. Incluso si BA.2 tiene un R0 de 12, no significa que todos los infectados con BA.2 transmitirán el virus a una docena de personas más.
La tasa R real, que refleja qué tan rápido crece o se reduce un brote, siempre es mucho más baja que R0. Esto se debe a que tiene en cuenta datos del mundo real que pueden distorsionar fácilmente la forma de los brotes de enfermedades, como la inmunidad de la población.
En Hong Kong, donde el éxito inicial de la política gubernamental del control del virus condujo a una baja aceptación de la vacuna, los casos, las hospitalizaciones y las muertes están aumentando rápidamente en medio de la aparición de BA.2.
El profesor David Livermore, microbiólogo de la Universidad de East Anglia, dijo que “puede darse el caso” de que R efectivamente sea 12 en una población sin inmunidad al virus.
Pero subrayó que estas poblaciones ahora no existen en casi todo el mundo porque el virus llegó a todos los rincones del globo.
Cuando se le preguntó si la gente debería preocuparse por BA.2, el profesor Livermore consideró que ese no era el caso. “Creo que el virus simplemente se incrustó en la población -reconoció-. Y BA.2 no parece ser más capaz de causar una enfermedad grave que el Ómicron clásico”.
En tanto, el profesor Julian Tang, experto en ciencias respiratorias de la Universidad de Leicester, dijo que la estimación era “bastante alta” para un virus respiratorio, aunque no imposible.
En Dinamarca, donde BA.2 fue dominante durante las últimas semanas, los funcionarios levantaron las restricciones en febrero diciendo que el virus ya no representaba una “amenaza crítica”.
Los casos diarios de COVID en Gran Bretaña comenzaron a aumentar a principios de marzo, poco después de que BA.2 se volviera dominante en Inglaterra.
En ese sentido el integrante del Grupo Asesor Científico para Emergencias británico (SAGE, por sus siglas en inglés) y epidemiólogo de la Universidad de Edimburgo, el profesor Mark Woolhouse, había declarado a la revista Forbes la semana pasada: “En mi opinión, el factor más importante del reciente aumento de casos y hospitalizaciones en el Reino Unido es el aumento de la subvariante BA.2 Ómicron”.
Así las cosas, los expertos no están listos para decir definitivamente que una nueva ola importante de COVID está en el horizonte a nivel mundial, ni que haya motivo de preocupación inmediata. Más bien, creen que es hora de estar atentos y actuar de manera preventiva.
“Deberíamos aprovechar la oportunidad que brinda la pausa actual para prepararnos para una posible ola adicional o variante de preocupación”, consideró el doctor Gavin Yamey, profesor de salud global y políticas públicas en la Universidad de Duke. Para él, para hacer eso “debe ampliarse la cobertura de vacunación y aplicación de refuerzos, así como garantizar que las máscaras de alta calidad y las pruebas rápidas estén disponibles gratuitamente”.