Así es como se “enciende” y “apaga” el cerebro bajo los efectos de la anestesia

Así es como se “enciende” y “apaga” el cerebro bajo los efectos de la anestesia

La anestesia general podría parecerse más al sueño de lo que creemos, aunque existen diferencias

 

 

 





Cuando estamos despiertos, nuestras neuronas se comunican entre sí sintonizando las mismas frecuencias de los impulsos eléctricos. Un conjunto podría estar funcionando al unísono a 10 hercios, mientras que otro podría sincronizarse a 30 hercios. Sin embargo, cuando nos encontramos bajo los efectos de la anestesia, este alboroto se derrumba en un zumbido más uniforme. Las neuronas todavía se comunican, pero la señal pierde complejidad. Una mejor comprensión de cómo funciona esto podría hacer que la cirugía sea más segura, pero muchos anestesiólogos no usan un electroencefalograma (EEG) para monitorear a sus pacientes. Algo que molesta a Emery Brown, quien monitorea los patrones cerebrales de sus pacientes cuando están bajo los efectos del alcohol. “La mayoría de los anestesiólogos no piensan en ello desde el punto de vista de la neurociencia”, dice Brown, anestesiólogo y profesor de neurociencia computacional en el MIT y de anestesia en la Escuela de Medicina de Harvard. Durante la última década, ha estudiado lo que les sucede a los cerebros cuando sus dueños están inconscientes. Quiere saber más sobre cómo funcionan los anestésicos y cómo se comportan las neuronas cuando los pacientes están bajo anestesia. “Una vez que comprenda cómo leer estos patrones y comprenda la neurofisiología detrás de ellos, puede dosificar mejor sus medicamentos”, confiesa Brown.

Por La Razón

En un estudio publicado en abril de 2021 en la revista en línea “eLife”, el equipo de Brown usó electrodos para estudiar las neuronas en el interior de los cerebros de varios monos que se encontraban bajo los efectos de la anestesia. El trabajo mostró, por primera vez, cómo las neuronas individuales en múltiples regiones del cerebro responden cuando se “inundan” con el sedante, y cómo sus impulsos se ralentizan entre un 90 y un 95%. Al escuchar a escondidas el “parloteo” del cerebro en diferentes estados, el equipo obtuvo una visión interna de cómo emerge y retrocede la conciencia, y cómo los médicos podrían controlarla mejor.

Cada pensamiento que cruza nuestra mente, literalmente ha cruzado nuestra mente, mientras millones de neuronas en diferentes partes del cerebro parlotean entre sí. “Tu cerebro es una máquina muy rítmica”, dice Earl K. Miller, profesor de neurociencia en el Instituto Picower del MIT, quien codirigió el trabajo con Brown. “Hace esto en todas las frecuencias, desde 1 hercio hasta 100 hercios o más”. Las ondas cerebrales registradas desde el cuero cabelludo en un EEG, muestran la conversación cruzada de las neuronas que “disparan” colectivamente ondas de impulsos eléctricos a través de las regiones más externas del cerebro, o corteza cerebral, que generalmente se considera el centro de control. De ese diálogo surge la conciencia. “La vista, los sonidos, los sentimientos, todos operan juntos para crear esta experiencia unificada de lo que estamos haciendo, cómo nos sentimos, lo que estamos pensando en un momento dado”, dice Miller. Esto, esencialmente, se traduce en una conciencia de la propia mente y del mundo circundante. Todavía no se comprende el proceso preciso de cómo la actividad neuronal se traduce en percepción y pensamiento individual, pero una forma de explorar qué hacen esos circuitos neuronales para producir conciencia es observar qué les sucede a las neuronas cuando se apagan.

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