“Daría mi propia sangre por la libertad de los ucranianos”, dijo Wang Jui Ti.
Por infobae.com
Un joven taiwanés está decidido a ayudar a Ucrania a luchar contra Rusia. Wang Jui Ti, de 35 años, viajó a Finlandia el 19 de marzo y presentó este lunes ante la Embajada de Ucrania una solicitud para enlistarse como voluntario en las fuerzas que luchan contra las tropas invasoras de Putin.
“Daría mi propia sangre por la libertad de los ucranianos”, dijo Wang en una conversación con la Agencia Central de Noticias de Taiwán. El joven taiwanés, cuyo país vive con la amenaza constante de una posible invasión china, se se dijo muy triste de ver las escenas de la guerra en las noticias. Nunca pensó, dijo, que todavía habría guerras en el siglo XXI.
El proceso para enrolarse en las Legión Extranjera de las Fuerzas de Defensa Territorial ucranianas incluyó completar un formulario de solicitud y una entrevista de unos 10 minutos. El funcionario de la Embajada ucraniana le preguntó en detalle sobre la experiencia de combate relevante; Wang respondió que sirvió como centinela de la policía militar en Taiwán, y que había recibido entrenamiento militar básico para usar armas de fuego.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/YP3EYOIIG5HKLPZQ5IFAHDAMLA.jpg%20420w)
Wang explicó que Ucrania actualmente tiene una revisión más estricta del reclutamiento de mercenarios internacionales debido a los crecientes temores de las infiltraciones de espías rusas. Agregó que si la embajada de Ucrania en Finlandia le rechazaba la solicitud para participar en la guerra, iba a volver a a intentarlo en Lituania y otros países.
:quality(85)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/infobae/DZ6EXWKRCNCXDPLBHPMLQN6WVQ.jpg%20420w)
Wang ya había sido noticia en Finlandia en 2017.
Ocurrió durante un viaje en bicicleta alrededor del mundo que Wang había comenzado en 2016 para cumplir con una promesa a su novia fallecida. Poco después de llegar a Finlandia, su bicicleta fue robada. El episodio trascendió a los medios locales, generando una impresionante ola de solidaridad. Las donaciones de los finlandeses le permitieron comprar una nueva bici y proseguir su viaje hasta el Vaticano, tal como le había prometido a su novia.
Wang contó que al llegar al aeropuerto mostró los recortes de los diarios sobre esa historia y el personal del aeropuerto lo recibió con una palmada: “¡Has vuelto, pequeño héroe!”.
El primer viaje a Finlandia, explicó Wang a la agencia taiwanesa, fue el primer punto de inflexión en su vida. Ahora, esperaba que este segundo viaje marcara una nueva etapa.
Enfatizó que no tenía miedo de luchar contra las tropas de Putin. Y recordó una vez más a su novia fallecida.
“Si desafortunadamente moriré”, dijo, “podré volver a verla”.