Dos días antes del comienzo de la guerra en Ucrania, la francotiradora más famosa de Ucrania negaba la mayor al Corriere: “No, es imposible”. Estaba convencida de que una invasión a gran escala sería ridícula. “¿En Kiev? Qué va. Los rusos no pudieron controlar un pequeño país como Chechenia hasta que se lo vendieron a los Kadyrov, mucho menos Ucrania, que es gigantesco. En cambio, aquí en el Donbas, sí. Aquí podrían intentarlo”.
Por Andrea Nicastro / El Mundo
Y tú, Julia, ¿lucharás? ¿Incluso ahora que has sido madre por tercera vez? ¿Tomarás tu Savash calibre 300 y matarás a soldados a tres kilómetros de distancia? Exactamente un mes después de esa primera llamada telefónica, el móvil de Julia, apodada Bilka, la ardilla, vuelve a sonar. Es la primera vez en tres días. Antes siempre estaba apagado. “Intentamos hacer tantas misiones como sea posible, pero también tenemos que descansar. Me enrolé el segundo día de la guerra. Me equivoqué, es verdad. Pero sigue siendo una cosa increíble, absurda”.
¿Donde están los niños? ¿Dónde está tu marido?
Él está conmigo en primera línea. Luchamos juntos. Los niños están con mi madre y el cajero automático. Los escucho, tienen miedo, pero saben que lo estamos haciendo por ellos. Están orgullosos.
¿Qué guerra es esta, Bilka?
En comparación la invasión del Donbas, en 2014, es bastante diferente. No por las armas, sino por la cantidad de ataques. Tienen muchos soldados. Cuantos más eliminamos, más vienen. Son como los malos de los videojuegos de mis hijos.
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