La protagonista de esta historia es Saalumarada Thimmakka, una mujer de 110 años originaria del estado de Karnataka en India, quien ha pasado gran parte de su vida plantando árboles, para poder ayudar al planeta.
Por: Nation
Todo comenzó en 1948, cuando Saalumarada y su esposo Bikkala Chikkayya se dieron cuenta que no podían tener hijos y en su lugar, decidieron plantar árboles como una manera de traer vida al mundo. Aunque al inicio, la pareja tuvo varios problemas porque la sociedad de la región donde viven, considera el hecho de no poder tener hijos como algo mal visto, ellos optaron por centrar toda su dedicación y amor en plantar árboles.
De esta manera, Saalumarada y Bikkala empezaron plantando 385 árboles de banyan en un terreno de 4 kilómetros de la carretera entre Hulikal y Kudur, y además plantaron arbustos espinosos en las zonas aledañas, para poder proteger a sus árboles de banyan de los animales silvestres. Por otra parte, la parejas también cuidaba del riego de sus plantas y como el clima local es árido, ellos se encargaban de cargar agua por varios kilómetros para asegurarse de que estén hidratadas.
Posteriormente, la pareja siguió plantando centenas de árboles, hasta que en 1991, Bikkala falleció. A pesar del dolor de haber perdido a su esposo, Saalumarada perseveró con su misión ambientalista y ha llegado a plantar más de 8000 árboles en más de siete décadas. De esta manera, Saalumarada se convirtió en un referente en India y en el mundo, puesto que además de su amor por los árboles y la naturaleza, también creó una organización benéfica llamada Saalumarada Thimmakka International Foundation, enfocada en la conservación del medio ambiente.
Por otra parte, Saalumarada también se ha centrado en la educación de las personas necesitadas en India, ya que ella no pudo ir a la escuela cuando era niña. Adicionalmente, la fundación apoya a otras causas sociales donando medicinas, manteniendo varios bancos de sangre y construyendo casas de descanso para las personas de escasos recursos.
Gracias a su labor ambiental y altruista, Saalumarada ha recibido más de 50 reconocimientos y aunque ella ha manifestado que nunca lo hizo por la fama, espera que su historia inspire a otras personas para que ayuden a los demás y al planeta, a través de medidas sustentables.