Las necesidades humanitarias generadas por el conflicto en Colombia siguen siendo importantes más de cinco años después de la firma de los acuerdos de paz, en particular entre las poblaciones vulnerables y de zonas rurales alejadas de las ciudades, según representantes de la organización suiza Llamamiento de Ginebra.
“En términos de derechos y humanitarios, las necesidades siguen siendo importantes”, especialmente lejos de los centros de poder, dijo en una entrevista con Efe el director de operaciones de la organización, Hichem Khadhraoui, a su vuelta de una misión en Colombia, donde la entidad trabaja desde hace 17 años y se encuentra en plena reflexión sobre cómo adaptar sus operaciones a la evolución del conflicto.
FORMACIÓN DE COMBATIENTES
La organización trabaja en 18 países, donde su misión principal es comunicar con los grupos armados y formar a sus combatientes en el derecho humanitario para que respeten principios tan básicos como no provocar víctimas entre los civiles, no reclutar niños, no utilizar infraestructuras civiles como bases de operaciones, no sembrar minas ni emplear la violencia sexual.
El Llamamiento de Ginebra transmite estos mensajes a través de formaciones y talleres para miembros de un centenar de grupos armados en distintas partes del mundo, como el Yemen, Afganistán o Siria.
La diferencia es que en Colombia no se permite que organizaciones no gubernamentales hablen directamente con los grupos armados, por lo que esa misión se cumple formando a los líderes y actores comunitarios – sean indígenas, mujeres, campesinos o asociaciones de vecinos – para que aprendan a autoprotegerse.
“Respetamos y realizamos nuestro trabajo en el marco legal del país y nos gustaría ver cómo podríamos tener contacto directo (con grupos armados colombianos) y contribuir al esfuerzo por la paz”, explicó Khadhraoui.
Agregó que hay un diálogo “positivo y alentador” en ese sentido con las autoridades nacionales, el cual espera que se mantenga más allá de los cambios que impliquen las próximas elecciones presidenciales.
“Podríamos dirigirnos directamente a las personas que portan armas, que comenten violaciones y que son las que interactúan con las comunidades vulnerables, y propiciar un cambio de comportamiento en favor del respeto de las reglas humanitarias”, sostuvo.
VISITA A COLOMBIA
En Apartado, en la región de Antioquia, Khadhraoui se reunió con indígenas y mujeres líderes de comunidades, que le hablaron de problemas como el reclutamiento de niños, restricciones para desplazarse, presencia de minas antipersonales y dificultades para acceder a servicios básicos como la sanidad.
“Como están en zonas remotas, el acceso a la atención médica luego de un ataque o de la explosión de una mina es muy difícil, una situación que también se ve en la zonas cerca de la frontera con Venezuela”, indicó.
Para afrontar esos problemas, el Llamamiento de Ginebra planea formar a las comunidades en primeros auxilios, así como en la protección de niños en riesgo de reclutamiento forzoso y reglas de prevención en la presencia de minas.
Los acuerdos de paz de 2016 no han tenido el mismo impacto en la vida de la gente en el extenso territorio de Colombia, donde Khadhraoui vio que hay comunidades que sufren situaciones como “toques de queda” impuesto por grupos armados que restringen su derecho a desplazarse.
Para “no poner en riesgo de las comunidades”, el responsable operativo de la organización prefirió no identificar los municipios que sufren este y otros problemas relacionados con la actual violencia armada y solo dijo que se encuentran sobre todo en la costa del Pacífico y a lo largo de la frontera con Venezuela.
Khadhraoui evitó cualquier crítica abierta a las autoridades colombianas por lo que parece un resultado decepcionante de los acuerdos de paz, pero afirmó que “la realidad actual es que existen necesidades humanitarias más o menos grandes, en particular en las regiones del Choco, Nariño, el Cauca, Antioquia, Arauca y norte de Santander”.
En los tres últimos, la organización ya cuenta con oficinas, que le gustaría extender al resto.
“Vemos la fragmentación de grupos armados con control de territorios, el aumento de la violencia en zonas rurales, así como una necesidad de protección”, concluyó.
EFE.