Se percibe en el país un estado de conformismo, convivencia, diría que hasta de rendición frente a un régimen que sobrevive por mutante y no porque haya solucionado nada, la inmensa mayoría continua padeciendo necesidades, pero Maduro según algunas encuestadoras ha subido su aceptación modestamente, la pregunta que queda por responder es qué ha sucedido, qué ha hecho para subir cuando venía barranco abajo. La respuesta que puede explicar este fenómeno la encontramos en la mutación del populismo izquierdista, que al quedarse sin recursos como financiar su base electoral fuerte, inició un ataque de encantamiento para congraciarse con lo que queda de la llamada clase media venezolana, porque el grueso de esos sectores profesionales, emprendedores, productores del campo, huyeron del país hace tiempo para intentar rehacer sus vidas en otras latitudes.
El populismo estatista de control de precios y divisas, importaciones, expropiaciones de miles de empresas y haciendas que daban trabajo y sustento, que aplaudieron los franelas rojas llevó el país a la ruina, junto con el pito de Chávez botando en su show semanal cerca de 20.000 profesionales y técnicos de PDVSA que destrozó la industria petrolera hasta el día de hoy.
Estamos viendo un tipo de populismo de estado que podemos denominar de elites, ya importa poco la suerte de los menos favorecidos, estos se van a tener que conformar con los bonos y la bolsas Clap, los beneficiarios del populismo de elites son los que reciben remesas del exterior sin ningún problema, los que tranzan sus operaciones en dólares, los emprendedores de bodegones, restaurantes y todo tipo de negocio de importación y servicio dolarizados legítimos o no, esos son los que ven a Venezuela normal, por supuesto que esta elite no va a salir a protestar por nada, son unos cuantos municipios urbanos del país que los alcaldes y gobernadores atienden en la cosmética de mantener iluminados y cortar la maleza sin ninguna obra importante de las muchas que prometió el populismo revolucionario y no cumplió, como hospitales, instituciones educativas o resolver la cantidad de aguas negras que corren por las calles de los sectores populares contaminándolo todo.
El problema político para Venezuela es que un sector ya arrió banderas, habla de competir con Maduro en 2024 como si se tratara del Maduro del 2020 o 2022, de hecho aceptan que esa es la única opción. Si Maduro llega al 2024 y se mide en una elección con el CNE que sea, tiene todas las de ganar sin trampas, porque el sector social que lo ha adversado simplemente no tendrá ninguna relevancia, habrá ampliado su base electoral y habrá conquistado los espacios que lo han adversado y hoy le agradecen unas dadivas que no pueden subsanar el daño que este gobierno le ha propinado, a la sociedad venezolana y sus instituciones democráticas.
Un ejemplo de la estrategia de Maduro por conquistar espacios institucionales, son las universidades autónomas, que han sido atacadas, disminuidas y reducidas en todo sentido y que hoy algunas autoridades porque no se puede meter a todos en el mismo saco, agradecen, hacen actos y convenios cuando lo que toca es defender a las instituciones desde la ley y exigir lo que les corresponde en el marco de un estado democrático que está vigente y no se respeta bajo el argumento que eso es lo que hay, recuperar espacios, brindar servicio de trasporte sin transferir las partidas correspondientes que le corresponden a las universidades por ley de la república no es algo que se deba agradecer, es un gesto de autoritarismo que se debe protestar.